Otras fueron quemadas para sembrar cultivos de arracacha. Ocurrió en zona rural de Ibagué.
El deterioro del área donde se encuentran más de un centenar de palmas de cera, en la vereda Toche, llevó a la comunidad a alertar a la Corporación Autónoma del Tolima (Cortolima).
“Encontramos una gran cantidad de palmas, más o menos 20, que se habían caído. Inicialmente se hablaba de que habían sido tumbadas, pero al parecer usaron glifosato”, asegura Rodrigo Herrera, subdirector de calidad ambiental de Cortolima.
Aunque estos terrenos tienen propietarios privados, según la legislación ambiental no pueden ser intervenidos.
“Esta es una zona de alto cuidado que tiene una reserva y, por lo tanto, el campesino debe generar una cultura frente a las actividades que se pueden y no realizar”, sostiene Olga Lucía Alfonso, directora de Cortolima.
Ante los hallazgos de utilización de glifosato, quemas y presencia de ganado, los propietarios del terreno fueron multados.
“Deben retirar los cultivos de arracacha que tienen ahí, el tema de ganado y sembrar 200 palmas durante los próximos dos años”, añade Alfonso.
Las palmas de cera, árbol insignia de Colombia, pueden tardar hasta 57 años para empezar a producir su tallo y 83 años para reproducirse y alcanzar una altura de 60 metros.