Desde la semana pasada, varias facultades han tenido problemas porque algunos de los profesores han suspendido clases. “Pueden llegar a deber dos o tres meses de salario y prestaciones de varios semestres”, denunció el profesor Marco Aurelio Torres, quien insistió en que nadie les “ha dado la cara”.
Los estudiantes reaccionaron ante la protesta de los educadores y dicen que es terrible la pérdida de clases porque están pagando por una educación que no están recibiendo.
Alumnos de optometría decidieron implementar sus propias medidas de presión: “decidimos tomar los edificios porque es la única forma de que alguien nos responda”, dijo Diego Andrés Castillo.
Las demoras en los pagos también han afectado a vigilates, personal de aseo y otros trabajadores. Según las directivas de la universidad, los problemas surgieron desde el año pasado cuando el Ministerio de Educación cerró ocho carreras para nuevos estudiantes.
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“El cierre de programas nos afectó el flujo de caja, pero ya estamos implementando un plan de contingencia”, dijo Antonio Sofán, delegado de Presidencia de la Universiad San Martín. No obstante, Sofán asegura que no hay riesgo para la terminación del semestre académico ni para la estabilidad de la universidad.
El Ministerio de Educación no se pronunció al respecto, pues está investigando la situación.
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