Liz Reyes estaba trabajando en Perú cuando se enteró de que en las redes sociales, a través de un perfil falso, circulaban fotografías de la intimidad con su expareja, con quien había terminado hacía seis meses. Asegura ella que el sujeto también la había agredido porque se negó a retomar el noviazgo.
Pero el drama no terminó ahí, por el contrario, fue el inicio de una serie de eventos que le “arruinaron la vida”. En primer lugar, las imágenes llegaron a mano de sus jefes, quienes de inmediato la despidieron y se vio obligada a regresar a Colombia.
Sus padres se enteraron del hecho y también le dieron la espalda. Ahora lucha para que este sujeto pague por lo que hizo y de paso recuperar su vida, pues ha sido señalada por culpa de los celos de una persona que desquitó su ira publicando la intimidad a manera de venganza.
“Mostraba una cara inocente”, asegura Liz, quien aún está sorprendida de los alcances de la persona a la que le ofreció su confianza. Por esta razón invitó a las mujeres a que piensen con quien intercambian imágenes explícita y a quienes son víctimas de chantaje, que denuncien sin miedo.
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