Desde la vereda Aguaclara llegaron familiares y compañeros de estudio de la niña Íngrid Güejia, la más reciente víctima que deja el conflicto armado en Buenos Aires, Cauca, y que murió luego de pisar un artefacto explosivo sembrado cerca de su escuela, se convirtió en el símbolo de esta jornada.
“Así como cayó mi niña en esta mina antipersona, no quiero que caiga otro niño, que nos respeten, así como nosotros somos un resguardo indígena, necesitamos respeto”, manifestó Jorge Güejia, padre de la niña.
La situación para los estudiantes, sobre todo de la zona rural de Buenos Aires, es muy complicada, según lo denunciaron durante esta jornada de paz. “Estamos cansados de tanta violencia y vinimos aquí a contribuir con esta reunión para que nos den la paz”, indicó Gabriela Balanta, estudiante.
Por eso llegaron desde diferentes sitios del municipio para unirse a este clamor y rendirles un homenaje a las víctimas del conflicto armado. Según las estadísticas de la Alcaldía de Buenos Aires, son más de cinco mil en esta localidad.
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“Hablamos de víctimas de la guerrilla, del paramilitares, pero tenemos unos hechos recientes como son la muerte de los militares en La Esperanza”, afirmó Elías Larrahondo Carabalí, alcalde de Buenos Aires, Cauca.
Banderas y pancartas hicieron parte de esta jornada por el cese de las acciones que afectan a la población civil.
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