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Luka Doncic y Eslovenia, sin medalla en Juegos Olímpicos: Australia le ganó el bronce en baloncesto

El esloveno, una de las estrellas de las justas deportivas y que puso a soñar a su país con una presea, se retiró entre lágrimas.

Australia contra Eslovenia, en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020
Australia contra Eslovenia, en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020
Getty Images

Luka Doncic se irá a casa sin medalla porque en su camino se cruzó un ciclón australiano llamado Patty Mills, que con unos prodigiosos 42 puntos y 9 asistencias dio a Australia el bronce, la primera medalla en baloncesto de su historia (93-107), en unos Juegos Olímpicos.

En la fiesta de Doncic (22 puntos, 8 rebotes y 7 asistencias), el rey fue Mills. El australiano anotó, asistió, provocó faltas y se movió cómo, cuándo y por dónde quiso. El abanderado australiano, el primero de origen aborigen de la historia olímpica de su país, sumó la primera medalla para su selección, después de perderla en Río 2016 contra España.

Su hazaña quiebra la bonita historia del conjunto esloveno, conjurado en un verano prodigioso para escalar desde el preolímpico a la gloria. No había perdido nunca un partido con el genial jugador de los Dallas Mavericks sobre el parqué, incluyendo el Eurobasket 2017, el preolímpico y Tokio 2020, pero quebró esa racha justo en los momentos más importantes: las semifinales y el partido por el bronce. En una fue la mano del francés Nicola Batum con un tapón para la historia, y en otra la fenomenal actuación de Mills.

Comenzó Australia como suele, defendiendo intensamente con una zona que adelantaba a tres jugadores sobre la línea de triples para evitar el tiro exterior esloveno, veloz en la transición y con Ingles percutiendo (2-9, min. 3).

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Doncic, que no se encontraba, tenía ya sus más y sus menos con Dante Exum, pero anotaba y de uno de sus roces sacó una antideportiva con la que Eslovenia volteó el partido gracias a un triple de Klemen Prepelic (15-13, min. 7). Australia no se arredró, encadenó dos transiciones y un robo de Thybulle para un final de cuarto igualado (19-20).

Tocó a rebato Mills para tirar de los suyos, aunque la segunda unidad eslovena resistía con veloces transiciones en un partido a todo tren. La defensa oceánica hacía aguas, así que lo paró el técnico Brian Goorjian para ajustar. Les costó, pero taparon los caminos a Mike Tobey mientras Mills seguía en su 'show': en el minuto 17, 25 puntos de los 45 de Australia eran suyos (35-45).

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Eslovenia reaccionó, pero siempre se encontró con la oposición de Mills, que tanto anotaba como servía balones a Jock Landale; y con un espectacular final de Matisse Thybulle, que primero forzó un 2+1 y luego robó para matar a dos manos con un salto espectacular. No estaba contento Doncic: una protesta le costó la técnica, ya con el encuentro en tiempo de descanso (45-53).

Los europeos seguían sin encontrar a su líder, bien cubierto por Thybulle, y el partido estaba donde Australia quería: a ratos corriendo, otros buscando a Landale por dentro, que le ganaba todas a Tobey. Ni siquiera cuando el versátil pívot esloveno-estadounidense acertaba al triple le servía de mucho a su equipo, porque acto seguido lo hacía Ingles (52-64, min. 25).

Ajeno a lo humano, Mills seguía en su exhibición particular en busca de la medalla de bronce. Ya iba por los 36 puntos para poner a los suyos diez arriba (62-72, min. 28), mientras Doncic se desesperaba a intentar triples sin éxito, con solo un acierto de sus ocho intentos hasta ese momento. Afortunadamente para él, Prepelic mantenía a los suyos y el 67-78 se antojaba incluso corto para Australia al cierre del tercer parcial.

Que era corto lo demostraron los eslovenos en cuatro minutos, porque con un parcial 13-5 pusieron el duelo en un puño (80-83, min. 33) y con Doncic, parecía, más entonado. Mills acudió al rescate forzando una antideportiva de Jaka Blazic y asistiendo a Exum para el triple, el mismo que robó a Doncic para colgarse y poner el 80-90.

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El genio esloveno puso la máquina de triples a funcionar, pero se encontró con que los 'Boomers' también tenían potencia de fuego de la que tirar, la de Ingles primero y Kay después (86-102). La medalla de Doncic tendrá que esperar. Era el momento de Mills, y de Australia, medallista olímpica en baloncesto por primera vez.

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