“Si el segundo semestre que empieza en agosto es virtual, no me matricularé debido a la falta de recursos”, relata Esteban Arboleda Silva. Como él son varios los estudiantes que están pensando en no estudiar más por este año.
Pero las dificultades de las clases virtuales no son la única razón, algunos tienen padres que recibieron el impacto de la crisis económica provocada por el COVID-19.
Otros estudian en Bogotá, pero viven en otras ciudades del país y dicen que no tienen cómo asumir los gastos de hospedaje o manutención.
“El precio de la matrícula es bastante elevado. La universidad me está ofreciendo un descuento de un 20 %, pero a mi familia no le parece suficiente dado que ellos tienen que contar con otros gastos como alimentación y hospedaje en dicha ciudad", afirma José Andrés Calvo, universitario.
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Entretanto, las instituciones educativas ponen en marcha diferentes estrategias para que la deserción no sea grande.
En la Sergio Arboleda, por ejemplo, establecieron un descuento del 10 % en la matrícula. En la Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca se implementó un plan de descuentos por estrato en los que se concederá el 30 %, 20 % y 10 %.
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En la Universidad Libre también fueron aprobados alivios financieros para los estudiantes nuevos y antiguos tanto de pregrado como posgrado.
Según las cifras que han sido entregadas por la Asociación Colombiana de Universidades, la deserción estaría entre el 20 % y el 25 % de los estudiantes.