Al comienzo, el Barcelona se encontró con muro planteado por el Leverkusen que tuvo al colombiano Michael Ortega en el banco y que tardó en superar, lo que hizo que se viera un primer tiempo con pocas jugadas de ataque al que siguió una segunda parte completamente distinta, con un fútbol ofensivo de parte de ambos equipos.
La apuesta del Leverkusen era clara y todo su planteamiento estaba dirigido a tratar de no dejar jugar al Barcelona. El equipo de Robin Dutt, lleno de respeto por el rival, prefería renunciar a posibles situaciones de contragolpe con tal de no perder el orden defensivo y se concentraba en reducirle espacios al contrario a partir de la línea central.
El Barcelona tenía una posesión de pelota en torno al 80 por ciento, hacía circular el balón y esperaba que se abrieran posibles boquetes en la muralla que había planteado el Leverkusen.
El partido se jugaba lejos de las dos porterías. En las dos metas Víctor Valdes y Bernd Leno parecían dos espectadores más.
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Valdes intervino por primera vez en el minuto 36 al cortar un centro de Corluka que no tenía destinatario. Y Leno apareció dos minutos después, para parar sin problemas un disparo inofensivo de Lionel Messi.
Para el Barcelona la clave estaba en esperar una situación con balón parado o en mantenerse al acecho para sacarle partido al momento en que el Leverkusen perdiera el orden defensivo y dar el zarpazo.
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Ocurrió lo segundo, cuando en el minuto 41 el Barcelona ganó el balón en un saque largo de Leno y fabricó un contragolpe fulminante ante el que el Leverkusen, cogido a contrapie, no tuvo nada que oponer.
Cesc recibió la pelota en el círculo central y le metió un balonazo largo a Alexis que le ganó la espalda a la defensa del Leverkusen, llegó al área y definió con precisión.
Como era de esperar, tras el gol del Barcelona el Leverkusen salió en un plan más ofensivo y el partido se convirtió en algo completamente distinta al ajedrez táctico de la primera parte.
El Leverkusen decidió intentar jugar al fútbol y pronto se advirtió que el Barcelona podía ser vulnerable. En el minuto 51 se produjo la primera llegada clara del equipo local con un cabezazo del lateral izquierdo Michael Kadlec al final de una jugada en la que el Barcelona había procurado, sin éxito, alejar repetidamente la pelota de su área.
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El Barcelona reaccionó de inmediato y otra vez fue la misma fórmula la que le devolvió la ventaja. Pase de Cesc por el callejón que dejaba abierta la defensa del Barcelona y Alexis que define ante Leno.
El Leverekusen tuvo el empate muy cerca con disparo contra el poste de Gonzalo Castro en el 64. Del otro lado, Leno le tuvo que quitar de los pies una pelota a Alexis y en el 72 Messi hizo parar al estadio con una gran jugada, con túnel incluido a Schwaab, que terminó con remate desviado desde un ángulo difícil.
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En el 85 Alexis estuvo al borde de su tercer gol con remate de cabeza que obligó a Leno a reaccionar con una buena parada.
Finalmente, fue Messi quien puso la puntilla en el minuto 88 al definir tras una buena combinación con Alves.
Ficha técnica:
Bayer Leverkusen: Leno; Corluka (Da Costa, 90), Friedrich, Schwaab, Kadlec; Reinartz, Rolfes (Kiessling, 77); Schürrle (Bellarabi, 90), Castro, Bender; y Renato Augusto.
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Barcelona: Valdes; Dani Alves, Mascherano, Puyol, Abidal; Cesc, Busquets; Iniesta (Thiago Alcántara, 61), Messi, Adriano (Pedro, 69); y Alexis (Cuenca, 86).
Goles: 0-1 (min 41, Alexis), 1-1 (min 52, Kadlec), 1-2 (min 55, Alexis), 1-3 (min 88, Messi).
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Árbitro: Craig Thomson (Escocia). Amonestó a Schwaab, Corluka, Castro y Thiago Alcántara.
Incidencias: partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones, disputado en el estadio Bay Arena de Leverkusen.