Reinaldo Ruedo tuvo como titulares a los colombianos Gustavo Cuéllar y Orlando Berrío, mientras que el 'Chape' volvió a ser titular Alan Ruschel, sobreviviente del accidente aéreo.
Pese a la crisis que le tiene penúltimo de la liga nacional y sin técnico principal desde el lunes, el 'Furacao' no sufrió en exceso para resistir ante un 'Mengao' con mayor calidad, pero al que le faltaron las ideas.
Se presentaba de nuevo una tarde intensa para un Chapecoense que lleva toda la temporada haciendo equilibrios entre la emoción, los homenajes y la lucha por la supervivencia. Pero ese cóctel de emociones se agita especialmente en las tardes de Copa Suramericana, la competición que le dio todo a este club hasta entonces desconocido para muchos, antes de que se lo arrebatara la tragedia.
De un lado, el 'Furacao' tenía grandes motivos para sonreír como la increíble vuelta de Ruschel a la élite, apenas diez meses después de haber rozado la muerte.
Aunque del otro, las sombras de una reconstrucción que cada día es más complicada atenazaban a un grupo que el lunes despidió a su segundo entrenador de la temporada, con apenas una victoria en los últimos diez partidos.
No era el mejor momento para recibir a un Flamengo que no esconde que va por esta Sudamericana, con la que pretende curarse las heridas de su inesperada eliminación de una Libertadores con la que soñaba en grande.
Tampoco tenía tiempo que perder el nuevo 'Mengao' de Reinaldo Rueda, que el domingo perdió el primero de los siete encuentros que ha dirigido, y pronto se hizo con el balón en el Arena Condá.
Avisó Guerrero a los diez minutos de que andaba por allí y no tardaría mucho en volver a recordarle a Jandrei que podía amargarle la noche en cualquier momento. Corría la mitad de la primera parte y parecía que el arranque definitivo del Flamengo era cuestión de minutos.
Pero, consciente de que solo un buen marcaje le daría la llave del juego, el 'Furacao' se armó de paciencia y acabó poniendo de los nervios a un Flamengo que fue diluyéndose antes del descanso.
Tampoco le ayudó a Rueda, recibido con gran cariño en Chapecó por haber sido hasta junio entrenador del Atlético Nacional, la lesión de Everton, que tuvo que ceder su lugar prematuramente a Vinicius Junior, la joven promesa del fútbol brasileño ya fichada por el Real Madrid.
El 'Furacao' pudo, incluso, haber llevado a su público al delirio si el contraataque comandado por Alan Ruschel por la izquierda, y que acabó exigiendo a Alves con un disparo que fue la mejor ocasión de la primera parte, hubiera entrado en el 41 marcando el regreso soñado del centrocampista.
No pudo ser, pero aún resistía el Chapecoense.
Tampoco iba a renunciar tan pronto al partido un 'Fla' que se sabía superior y volvió del descanso decidido a seguir insistiendo. Aunque el problema seguía siendo el mismo: tenía el balón, el tiempo y la calidad, pero le faltaba la chispa.
Tampoco estaba de su lado la fortuna, que quiso librar al 'Chape' de un gol seguro en el 60, cuando Jandrei sacó una mano milagrosa para desviar el cabezazo de Rever tras un córner.
Los locales, sin embargo, también se quedarían con la celebración en la garganta en el 75, cuando el ecuatoriano Penilla desarmó a Alves con un lanzamiento desde fuera del área y cuyo rebote recuperó Reinaldo, quien en solitario y con la defensa vencida, mandó el balón fuera por centímetros.
No sería la última gran ocasión de Penilla, que pudo haber rubricado el despertar de un 'Furacao' que acabó siendo mejor con otra arrancada bordeando el final.
Pero la eliminatoria queda ahora abierta hasta el próximo miércoles, cuando los del colombiano Reinaldo Rueda recibirán al Chapecoense en Rio de Janeiro.
El vencedor de la llave se verá después en cuartos con el ganador del cruce entre el Fluminense y Liga de Quito.
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