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Del 5 al 27 de julio de 2025, el ciclismo mundial volverá a vivir uno de sus capítulos más esperados con la edición 112 del Tour de Francia, la competencia por etapas más prestigiosa del calendario internacional. La carrera comenzará en Lille Métropole, al norte de Francia, y concluirá, como es habitual, en los emblemáticos Campos Elíseos de París, en una jornada final que promete emociones, historia y grandeza.
Cada gran vuelta ciclista del calendario internacional cuenta con sus propios símbolos, y en el caso del Tour de Francia, uno de los más prestigiosos eventos del ciclismo mundial, los maillots o camisetas distintivas juegan un papel fundamental. Estas prendas, además de destacar a los líderes en las diferentes clasificaciones, representan el prestigio, la historia y la tradición de la competencia. En total, cuatro maillots oficiales se entregan diariamente tras cada etapa, según los resultados en tiempo real.
El maillot amarillo es, sin duda, la prenda más icónica del Tour de Francia y del ciclismo en general. Se entrega al líder de la clasificación general, es decir, al ciclista con el menor tiempo acumulado durante la carrera.
Este maillot fue introducido en 1919 con un propósito muy claro: destacar al puntero dentro del pelotón. El color amarillo no fue escogido al azar. Representa el color del papel en el que se imprimía el antiguo diario L’Auto (hoy L’Équipe), principal impulsor y patrocinador original de la carrera.
Hasta 1984, esta camiseta llevaba las iniciales “HD” en homenaje a Henri Desgrange, fundador del Tour. Posteriormente, fueron eliminadas para facilitar el espacio destinado a patrocinadores.
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El maillot de puntos rojos, o jersey de mejor escalador, distingue al líder de la clasificación de la montaña. Aunque la puntuación en puertos se implementó desde 1933, fue hasta 1975 cuando se instauró esta prenda para premiar al ciclista que mejor rinde en los ascensos.
El sistema otorga puntos a los corredores que lleguen en los primeros lugares a la cima de los distintos puertos de montaña en cada etapa. Al finalizar la jornada, el ciclista que más puntos haya acumulado en estos segmentos luce el maillot en la siguiente salida.
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Introducido en 1953, el maillot verde corresponde al líder de la clasificación por puntos, una categoría que premia la constancia, la velocidad y la estrategia. Se entrega al ciclista que suma más puntos gracias a su posición en cada etapa, especialmente en las etapas llanas y contrarrelojes, donde los velocistas suelen destacar. Es una clasificación que suele tener gran disputa durante todo el Tour.
Por último, el maillot blanco está reservado para el mejor joven del Tour de Francia. Se entrega al corredor mejor ubicado en la clasificación general que tenga menos de 26 años al 1 de enero del año en curso. Esta camiseta simboliza la renovación generacional y el talento emergente dentro del pelotón internacional.
Estos cuatro maillots no solo distinguen el rendimiento deportivo, sino que reflejan la rica historia y el valor simbólico que el Tour de Francia ha construido a lo largo de más de un siglo. Cada uno representa una forma distinta de competir y de brillar en una de las carreras más exigentes del mundo.
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