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La Asociación China de Fútbol (CFA) anunció este jueves la contratación de Shao Jiayi, uno de los mejores jugadores en la historia del país, como nuevo seleccionador nacional, en sustitución del serbio Dejan Djurdjevic, quien estaba en el cargo de manera temporal desde junio pasado.
Y es que, aunque en su momento había 'sonado' con fuerza la posibilidad de que el colombiano Juan Carlos Osorio pudiera tomar el mando del equipo asiático, al final, la decisión de la federación pasó por otro nombre e idea de juego.
En un comunicado publicado en su página web, la CFA confirmó el nombramiento de Shao tras un proceso en el que se entrevistaron "numerosos candidatos chinos y extranjeros" y en el que se tuvo en cuenta "la experiencia y las lecciones aprendidas en la contratación de otros seleccionadores" o el "actual nivel y estado del fútbol masculino en China".
🇨🇳🔥 BREAKING: Juan Carlos Osorio is now a leading candidate to become China’s next national team manager, per @PSierraR.
— Han June Football-Asian.com (@holazuni) July 18, 2025
The Colombian tactician has reportedly applied for the role, with youth development and structural rebuilding central to China’s next project.
Chinese media… pic.twitter.com/Qq6OjAk4hm
El pasado mes de junio la CFA destituyó al croata Branko Ivankovic, firmado en febrero de 2024 tras haber logrado clasificar a Irán al Mundial de 2006 y también por su experiencia en levantar títulos en China con el Shandong Luneng.
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Ese mismo mes, China había quedado fuera de la contienda por una plaza en el Mundial que albergarán el año que viene Estados Unidos, México y Canadá tras perder por 1-0 en Indonesia, lo que acarreó una fuerte ola de críticas por parte de expertos y aficionados, ya que esa cita ha sido ampliada a 48 selecciones.
La eliminación supuso un nuevo revés para el fútbol chino, que no ha conseguido regresar a una fase final de la Copa del Mundo desde su única participación en 2002, ocasión en la que no tuvo que enfrentarse a las selecciones más potentes de la región, Corea del Sur y Japón, debido a que estas eran las organizadoras del torneo y estaban clasificadas automáticamente.
Shao, de 45 años, era precisamente una de las estrellas de aquel conjunto, siendo clave desde el centro del campo no solo en el Mundial -donde solo jugó dos partidos por su expulsión ante Turquía- sino también en la Copa Asiática de 2004, en la que China alcanzó el subcampeonato. En total, sumó 40 participaciones internacionalidades, con 8 goles anotados.
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Su buen hacer en el torneo de Corea y Japón atrajo la atención de equipos occidentales, y finalmente fichó esa temporada por el 1860 Múnich de la Bundesliga, donde permaneció hasta 2006. Tras ello prolongó su carrera en Alemania en el Energie Cottbus (2006-2011) y en el Duisburgo (2011) para posteriormente regresar a su club de origen, el Beijing Guoan, y retirarse en 2015 como leyenda.
Tras ello, trabajó en las categorías inferiores de la selección china y llegó a ser segundo de la absoluta antes de pasar al banquillo del Qingdao West Coast, su aventura inicial como primer entrenador, al que deja de noveno en la Superliga tras sumar nueve victorias, diez empates y diez derrotas esta temporada.
La falta de una infraestructura robusta, de un sistema de formación de jóvenes apropiado y de una liga profesional de calidad ha limitado el desarrollo de jugadores capaces de competir en los más altos niveles, según expertos.
#Selección🇨🇳| Tras su experiencia en las categorias inferiores de la selección, en el cuerpo técnico de su Beijing Guoan y como primer entrenador en el Qingdao West Coast, el exjugador y leyenda del fútbol chino, Shao Jiayi, es el nuevo seleccionador de la absoluta! pic.twitter.com/mz3qt7WSCT
— Fútbol en China (@Superligachina) November 6, 2025
Cabe destacar, además, que la fase de clasificación para el Mundial se disputó en un contexto de numerosos escándalos de corrupción en el balompié chino, que lo han desprestigiado todavía más.
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Escándalos recientes, como la condena a 20 años de prisión del exseleccionador y leyenda local Li Tie -compañero de Shao en la China del 2002- por sobornos o las de varios árbitros y funcionarios de los órganos dirigentes envueltos en casos de corrupción, han minado aún más la confianza en el sistema.