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Estamos dejando morir el fútbol profesional colombiano

Fortaleza vs. Uniautónoma en Techo. No voy a decir que fue malo. No quiero decir que fue malo. Sólo voy a decir que se escuchaban más los gritos de los visitantes al vecino Mundo Aventura. Fue un partido contra el descenso pero que suena a B... y eso, pues en la B uno tiene hoy en día a históricos como América, Unión, Bucaramanga, Pereira o Quindío, mientras en la A están hoy por hoy diez equipos que nacieron en la segunda división. Claro, algunos representan fuertes identidades locales como Pasto y Huila (especialmente Pasto, siempre rechazado por todos al ser la plaza que queda lejos y por tanto siempre perjudicado en cualquier decisión), otros se han ganado un lugar gracias a su trabajo como Envigado, Chicó y Equidad, pero otros llegaron a primera división sin hinchas y sin plaza. Claro, una hinchada no se construye en una semana, pero es muy difícil ganarla cuando un día te llamas Itagüí Ditaires y al otro eres Águilas de Pereira. Lo mismo aplica para el campeón de 2008 que es un oxímoron en su nombre: Boyacá Chicó (y sin embargo ya tiene hinchada en Tunja), con Alianza Petrolera de Barrancabermeja que juega en Floridablanca (y ascendió jugando en Guarne), con Rionegro que juega en Bello... No sé, me disculparán si divago, pero es que este fútbol profesional colombiano lo veo tan triste, tan apático, tan alejado  de los hinchas, que me preocupé. Lo estamos dejando morir, y no financieramente, a fin de cuentas ahí sigue existiendo plata y poder. Estamos dejando morir la pasión por el FPC y eso es el camino hacia el lado oscuro. Por supuesto, lo primero que dirá un dirigente es que es la crisis natural que genera un Mundial, pues siempre "tras una Copa del Mundo los aficionados quedan saturados de fútbol y por eso no van a los estadios ni ven fútbol colombiano". Por supuesto, es paja. Paja barata, además. Tras el Mundial en Gol Caracol hemos transmitido partidos de clubes internacionales con un magnífico resultado de rating, y las cifras de tráfico que generan las actuaciones de los jugadores colombianos en el exterior no duplican, quintuplican (y a veces más) los números que deja cualquier cubrimiento sobre el fútbol profesional colombianos en Golcaracol.com. Eso demuestra que la gente no está saturada de fútbol: al que le gusta el fútbol ama el fútbol, el buen fútbol. Y algo está pasando acá, porque la gente no solo se aleja de los estadios, sino que no ve el FPC: el rating de los partidos por RCN y el hecho de que WIN ni siquiera marque en Ibope (la empresa encargada de medir el consumo televisivo en Colombia) lo demuestran. El ejemplo claro es el amistoso Manchester United vs. Real Madrid del sábado 2 de agosto transmitido en Caracol: marcó 4.6 en rating... ningún partido del FPC transmitido en las seis primeras fechas ha superado el 3.5. Y ahí va el problema mayor: el bajo impacto del FPC nos está haciendo replantear los contenidos en los medios... tristemente hay que decirlo: no está vendiendo. Y esto de los medios, aunque en las universidades parece que les dijeran todo tipo de romanticismos pendejos a los estudiantes de Comunicación, es un negocio en el que debes vender. ¿Ven la dimensión del círculo vicioso? Como el FPC no vende, los medios poco lo cubren, y como poco lo cubren, vende menos... Lo peor, lo más cruel, es que hay una indiferencia generalizada, empezando por los dirigentes y continuando por nosotros los periodistas (mea culpa) que me tiene aterrado. Por eso voy a tratar de plantear ideas sueltas y puntuales sobre la situación y sus protagonistas: - El hincha: Tolima es el mejor equipo de esta Liga Postobón y, como ha pasado desde hace casi 30 años, cuando el maravilloso 'Tolimita' incluso llenaba en Bogotá, sus hinchas no lo acompañan. Es un problema endémico de Ibagué, en donde la gente se malacostumbró a no ir al Murillo Toro, un estadio decadente al que de verdad no dan ganas de ir. Pero el tema no es de estadio (aunque influye), sino de hinchada y la del Tolima no es precisamente la más fiel, así que vayamos a los ejemplos de "fidelidad". Nacional, Millonarios y América han sido los tres equipos más populares de Colombia en los últimos decenios. Tienen hinchadas grandes, organizadas, que acompañan en cualquier plaza... y aún así no están llenando. En el llamado "superclásico" entre verdes y azules, un partido que marcó época, una lucha que trascendió el fútbol y se planteó en lo regional con lamentables resultados, la asistencia oficial al Atanasio Girardot fue 21.428 espectadores. ¡Menos de la mitad del aforo para el partido con más estrellas de la primera división en Colombia! La siempre fiel hinchada del verde no lo está acompañando, y eso que es el actual tricampeón. Pero lo mismo pasa con Millonarios, que en años recientes era el líder de taquillas en Colombia a pesar de tener la boletería más costosa del país: en este semestre 7.000 almas lo acompañaron frente a Envigado, Chicó y Pasto, y claro, alguien va a decir: "¡pero es que son rivales chicos!". A ese alguien le recuerdo que por la segunda fecha del semestre pasado, frente a otro "chico" como Equidad, fueron 17.931 personas, y que luego más de 30.000 lo acompañaron frente a Nacional. Pero no, este semestre ni los numerosos hinchas verdes ni los azules acompañan. Por el lado bogotano las excusas se encuentran fácil: un equipo sin refuerzos que dejó ir a su principal estrella (Dayro Moreno) y no la reemplazó con jugadores que vendan boletas. Y si algo enseñó don Alfonso Senior con el Millonarios grande de antaño es que el show necesita estrellas. Lo extraño es que por el lado verde, el equipo con la mejor nómina del país, el que lleva tres estrellas al hilo, esa excusa no funciona. Claro, "los malos resultados" dirá otro, pero es que en su primer partido como local en este semestre, un clásico histórico frente al Cali, fueron 14.879 espectadores, una cifra miserable para un club que se precia de una hinchada gigante. Ahí, justo ahí, alguien va a salir agitando los brazos como la esposa del reverendo Alegría de Los Simpsons cuando grita "¿alguien quiere pensar en los niños?", y dirá que me estoy olvidando del factor de la violencia y las barras bravas, y sí, es cierto: los comportamientos salvajes de algunos integrantes de estas barras han alejado a mucha gente, sin duda, pero eso no explica cómo se puede caer tanto la audiencia de un semestre a otro. Es una razón del alejamiento de muchos, pero no la verdadera razón de la caída de taquillas y rating. ¿Será en serio que los hinchas colombianos no quieren más fútbol tras el Mundial? Insisto, no lo creo. La muestra está en los hinchas del América, que pacientemente han acompañado a su equipo en la B pero que esta temporada decidieron ponerle un tatequieto a lo que ellos ven como un circo. Expliquemos esto que es bien interesante: el América se fue a la B y de inmediato recibió el respaldo de su hinchada, que lo convirtió en el club más taquillero del país a pesar de estar en segunda división. En 2012 denuncié el negocio que eso representaba y cómo se iban a aprovechar de eso  (y sí, estoy cobrando), y tras perder inexplicablemente los ascensos de esa temporada y de 2013, este año los hinchas por fin se dieron cuenta de que tener al América en segunda le da visibilidad al antes invisible Torneo Postobón y que cada vez que el rojo visita a uno de sus modestos rivales es Navidad para el respectivo club, que cobra por boletas lo que se le da la gana. Por eso Disturbio Rojo, una numerosa barra escarlata, decidió no ingresar al estadio de Techo en el partido frente a Bogotá. Fue hermoso ver una mancha de hinchas vestidos de rojo en las afueras del estadio cantando mientras en las tribunas no había casi nadie, así que vuelvo a preguntar: ¿los hinchas colombianos no quieren más fútbol tras el Mundial? La respuesta es NO, sí quieren fútbol, aman el fútbol, pero se los estamos vendiendo mal. El mejor ejemplo es el Medellín y su excelente campaña para que lo acompañen al estadio: en un partido frente al Huila (otro "chico") llevó 28.132 espectadores; ¡más que Nacional vs. Millonarios! Los hinchas sí quieren ver e ir a fútbol,  pero no quieren este fútbol porque se mamaron (literalmente) de cómo lo están manejando. - La organización Antes de ser Itagüí Ditaires, el club se llamó Bajó Cauca y jugaba en Caucasia, una región primero asolada por la guerrilla y luego de clara influencia paramilitar bajo la égida de Carlos Mario Jiménez, alias 'Macaco'. Por esos años, los primeros de este siglo, el club de la B se dio el lujo de contratar a dos veteranos goleadores como Carlos Castro y Jhon Jairo Tréllez e incluso estuvo peleando el título de la B. En 2008 (vea usted, justo el año que extraditaron a 'Macaco') el Bajo Cauca pasó a ser Itagüí Ditaires, una de las gratas revelaciones futbolísticas de las campañas recientes, y a pesar de haber hecho todo un trabajo de base para ganar hinchada y desarrollar inferiores en la ciudad del Valle del Aburrá, este semestre vuelve a cambiar de nombre y se llama Águilas de Pereira, pues jugará en esa ciudad bajo el permiso de Dimayor y el Deportivo Pereira, dueño de la plaza. Ahora, el Pereira está en la B y en una situación financiera absolutamente insostenible. Desde que en 2006 se denunció que alias 'Macaco' estaba detrás del poder del club (mira tú, ¡qué casualidad!) el grande matecaña entró en una caída libre que lo llevó a la B y que mandó a sus dirigentes a la cárcel (el presidente Ramón Ríos fue vinculado con narcotráfico y paramilitarismo, ¡rarísimo!), y hoy está ad portas de desaparecer. ¿Se va a quedar Pereira, una ciudad futbolera, de gran hinchada, con uno de los mejores estadios del país, sin equipo de fútbol? No, Águilas, que ya juega con los colores matecañas en una muestra de ganas de ganarse a la afición hasta tierna, será el Pereira cuando el Pereira haya desaparecido. Es así de simple, así de crudo, así de fácil, y con el visto bueno de la dirigencia. ¿Cómo se espera que tenga respaldo popular un fútbol profesional en el que sus dirigentes muestran tal importaculismo bajo la mirada bizca de la ley? Porque ojo, Coldeportes ha dejado hacer y deshacer en el fútbol colombiano: acá se violan las leyes laborales y no pasa nada, los castigos administrativos se cumplen en los recesos de campeonatos, los dineros oscuros entran y salen y no pasa nada... ¿Cómo va a pasar? Es decir, aunque no estén yendo los clubes tienen cientos de miles de hinchas, en algunos casos millones, y permitir que desaparezcan Millonarios (que llegó a tener deudas que en cualquier otra empresa habrían representado quiebra y desaparición) o América (que estaba bajo Ley Clinton y aún así seguía funcionando y ganando títulos) es algo que nunca se le permitiría al gobierno. Es irónico, mientras la Federación Colombiana de Fútbol pasa por su mejor momento administrativo (y eso hay que reconocerlo, la parte gerencial que lleva años captando grandes socios y patrocinios por fin se encontró con el éxito deportivo de la mano del proyecto Pékerman), la Dimayor es un desmadre. Y claro, cómo no va a ser un desmadre si en esa supuesta "democracia" mandan los chicos a los que sólo les importa que les paguen su porcentaje de derechos de televisión para armar equipos baratos con los cuales salir a no descender. Es una apuesta por la mediocridad respaldada en la millonada que pagaron RCN y DirecTV por los derechos exclusivos del FPC. Y si la media es la mediocridad, los grandes van a entrar en ella: ¿para qué grandes contrataciones si el jugoso cheque de los derechos de TV igual va a llegar seas primero o último? Propuestas como las de Millonarios o América de manejar sus propios derechos de TV (como en cualquier liga importante) han sido recibidas como insultos en las asambleas de Dimayor por eso, porque perjudican a la masa de chicos, así que los grandes tienen que financiarse de otra forma para seguir siendo grandes, y eso ha llevado a que algunos hayan vuelto a caer en manos de otro tipo de delincuentes. Ahora, muchos dirán que la gran responsable es la organización Ardila Lule que es dueña del aviso de la liga, de la transmisión y del club más poderoso de la misma. Claro, no se ve bien, no es cómodo el 'monopolio', pero sin el dinero del Grupo Postobón el FPC habría quebrado de verdad hace rato, así que hay que reconocerle que su inversión ha sido importante y, qué pena sonar mamón, el problema no es el patrocinador, es la organización, el sistema del fútbol colombiano. En Alemania también hay un equipo más rico que todos los demás y que se sabe que siempre va a ganar a menos de que algo extraño pase, pero a pesar de la presencia todopoderosa y multimillonaria del Bayern Munich la Bundesliga es un campeonato en el que siempre hay estadios a reventar, en el que se potencian las divisiones inferiores (lo que se ve reflejado en la selección alemana y en el propio Bayern, el gran comprador de la liga) y en el que hay una estructura que convierte a la liga en un espectáculo capaz de cautivar audiencias a pesar de la existencia del Barcelona, el Real , la Premier, etc. Tanto así que ya tiene su propia audiencia internacional. El problema acá es de estructura, y en eso tenemos todos que ver. - Los medios: Este es el punto más importante, para mi, del problema. Los clubes grandes venden periódicos, prenden televisores, dan clics... son los que mueven al fútbol como negocio y por eso la importancia estratégica de que América esté en la B o de que en las finales de la A estén Nacional, Junior, Millonarios, Santa Fe, Cali... Sin embargo, por sus propios fracasos administrativos y la permisividad de la Dimayor y Coldeportes, clubes de gran peso local en sus regiones se fueron a la B y, como ya lo dije, en la A estamos llenos de equipos sin historias y por tanto sin hinchas. Por ejemplo, ¿cómo volver atractivo comercialmente un Boyacá Chicó vs. Equidad? No sé, es labor del departamento de mercadeo de Dimayor y del club local, pero lo que sí sé es que poner ese partido a la 1:45 pm no es la mejor forma de venderlo. Claro, lo dieron por TV en WIN (y no sé cuántos lo vieron porque repito: no marca en Ibope), pero al estadio de Tunja fueron 600 personas. ¿Cómo esperas que vaya gente al estadio si pones partidos a la hora del almuerzo familiar de los domingos, los viernes por la noche o los domingos a las 8 p.m cuando los colombianos culturalmente estamos acostumbrados a ya estar en familia? Alguien debe salir a decir: "pero todos los partidos van por TV", y sí, es cierto, en ese multimillonario negocio de los derechos se creó un buen canal cerrado llamado WIN, que tiene a grandes periodistas que admiro y respeto en su mayoría (varios amigos, además), pero que tiene el problema enorme de no tener penetración. Esta es la parte en la que de DirecTv y WIN llaman a mi jefe para que me regañe o me eche (si lo han hecho de clubes, ¿por qué no de los que ponen plata?), pero es que es inevitable decirlo: el sistema de difusión de WIN no tiene la suficiente clientela como para que el FPC sea un producto televisivo popular. Además, no se trata sólo de eso. Antes no teníamos transmisiones de TV de todos los partidos y el FPC era muchísimo más popular que ahora. Una razón que quiero plantear es que la exclusividad ha afectado la difusión. ¿Recuerdan cómo eran las secciones de deportes de los noticieros de los domingos en la noche? Estaban llenas de crónicas, de notas de color, de historias que acompañaban a los goles. Ahora sólo se pueden dar los goles, por derechos, y no todos (ejemplo: los goles del partido de los domingos a las 8 pm sólo se vienen a ver en los medios que no son dueños de derechos hasta el lunes al medio día). Como no se pueden meter cámaras a los estadios que no sean las de los dueños de los derechos, el color desapareció, y toca agarrarse a lo que pasa afuera del estadio, donde sí se puede grabar. No nos digamos mentiras, mientras cada vez es más fácil ver y saber todo sobre el fútbol internacional (y acá el crecimiento de la penetración de canales internacionales por cable y el mayor acceso a los dispositivos móviles han sido definitivos), al mismo tiempo es más difícil y anacrónico enterarse de cualquier cosa del fútbol local. ¿Cómo no va a tener más hinchas colombianos el Barcelona que el Huila si es más fácil ver un partido de los catalanes que uno de los opitas, si en internet hay un bombardeo de información permanente al que accede sin problemas un joven de Neiva que seguramente no escucha radio ni lee el periódico local, que son en las únicas partes en donde le hablan del Atlético? Porque eso es lo otro: la cultura futbolera necesita medios de difusión. En México no sólo hay dinero y clubes con grandes figuras (muchísimas de ellas colombianas), hay una estructura de medios sólidos que te hacen vivir el fútbol mexicano: múltiples emisoras especializadas (acá hay una), decenas de diarios deportivos (acá hay uno, es español y el 70% de la información es sobre liga española), programas de análisis y debate en todos los canales nacionales (acá tenemos La Telepolémica en Canal Uno y Cancheros en RCN) y medios digitales poderosos y de gran alcance (el portal de fútbol más grande de Colombia es Golcaracol.com y sigo en la lucha para que pueda compararse en tráfico y desarrollo de producto con un gigante como mediotiempo.com, por ejemplo). Y claro, sumemos el nivel. Si usted es un joven colombiano que ve un partido del Bayern Munich frente al Borussia Dortmund en ESPN y luego compara todo, el fútbol, la producción y demás, con un Fortaleza vs. Uniautónoma, seguramente se va a quedar viendo la Bundesliga. Y métale la falta de estrellas al paquete. Esto -ya lo dije- es un show, y en ese show se necesita brillo como el que viene con nombres como los de Messi, Cristiano, Balotelli, Pirlo, Bale... ¿dónde encuentra un colombiano un referente similar? Afortunadamente en las estrellas de la Selección. Por eso la tendencia marcada en este semestre es que la información de fútbol le da prelación a los colombianos en el exterior por encima al tema del FPC que incluso ya puede estar en un tercer nivel. ¿Qué estrella tiene el Junior para mostrar este semestre, por ejemplo? Ninguna que llame tanto la atención de las audiencias de la Costa como lo que pase con Teófilo Gutiérrez en River Plate o Carlos Bacca en Sevilla. ... Perdón si me extendí, sé que lo hice, pero necesitaba sacar este miedo que tengo entre pecho y espalda con el FPC. Se nos está muriendo la pasión por él, estamos dejando entre todos que se muera y, sin pasión, el fútbol es sólo otro programa de TV. Y en este caso uno que no da rating... Discutámoslo en Twitter: @PinoCalad        

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