La temporada 2014 no había expirado y ya todos sabíamos quién iba a ser el primer refuerzo ‘verdiblanco' de este 2015. El profesor Fernando Castro no había terminado de desempacar sus valijas y ya había afirmado a priori que el único jugador que tenía el puesto asegurado era precisamente él, Harold Preciado.
21 anotaciones conseguidas en el Torneo de Ascenso con Jaguares de Córdoba, con botín de oro y título de por medio, regaron el rumor de que un goleador se encontraba en el estado de maduración perfecto como para dar el siguiente paso en su carrera: vestir la camiseta del Deportivo Cali.
Harold Preciado se siente ahora un jugador profesional. Ya no es el mismo niño que abandonó su pueblo natal con lágrimas en los ojos en el 2008. Las mismas que no le dejaron ver en aquel tiempo su gran futuro como goleador.
Este delantero dejó atrás su rebeldía para concientizarse que lo tiene todo para triunfar. Por eso mira hacia atrás sólo para recordar de dónde viene. Desarrollando día a día la capacidad de aceptar sus errores pero también la de corregirlos, que en últimas, es lo que importa.
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- Antes de conocerlo, el D.T. Fernando Castro manifestó que el único titular sería usted, es decir: Preciado y 10 más... ¿Qué significaron para usted esas palabras?
Significaron confianza. Estoy muy agradecido con él por ese respaldo. Sólo espero seguir retribuyendo esa confianza con goles.
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- ¿Qué tan complicado puede ser ratificar su poderío ofensivo mostrado en Jaguares, ahora luciendo la camiseta del Deportivo Cali?
Entre Jaguares y Deportivo Cali hay muchísima diferencia. La camiseta del Deportivo Cali pesa mucho por su historia, por la hinchada, porque es una Institución grande. La responsabilidad aquí es máxima. Aquí tienes que jugar bien todo el torneo porque si juegas un partido mal te empiezan a decir que eres malo. En Jaguares se jugaba más tranquilo y casi no se sentía la presión.
- ¿Qué tanto le han aportado los profesores que han pasado a lo largo de su proceso formativo?... Cuéntenos algo que recuerde de cada uno de ellos.
El primero que tuve fue Carlos Arango en el 2008, de él recuerdo que me enseñó la técnica que poseo y la perfilación, o sea, esos aspectos que se aprenden en el fútbol base. Debo reconocer que cuando llegué no era muy técnico.
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Del ‘Maestro' Arboleda recuerdo sus consejos, es más, aun me llama y me sigue aconsejando. Me recalca mucho el mantener los pies sobre la tierra y que nunca pierda la humildad.
Luego tuve la fortuna de conocer a Robert Carabalí. Era estricto, me corregía permanentemente mi forma de ser, porque en esa época era un poco rebelde y muchas veces me castigó para que cambiara. No podré olvidar que por pelearme con un compañero de la Casa Hogar, Wilson España, de quien soy muy amigo ahora, me tocó darle vueltas a la cancha sin tocar el balón durante 15 días. Gracias a todo esto es que digo que me hice jugador en el Cali.
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En la B tuve como entrenador a Alberto Suárez, una persona de mucho conocimiento y muy estricta que también se la jugó por mí. Eso no lo voy a olvidar nunca.
- ¿Es cierto que Alberto Suárez quiso regresarlo de Jaguares porque no sabía cómo controlarlo?
Sí (risas). El profe estuvo un tiempo enojado conmigo porque le contesté mal a su asistente. La verdad es que me equivoqué pero también es cierto que he cambiado bastante, gracias a los consejos de mi padre y de todas las personas que me han ayudado. Hoy tengo una buena relación con el profesor Suárez y con su hijo, que es su asistente.
- ¿Por qué y cómo llegó al Deportivo Cali, siete años atrás?
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Me trajo Carlos Alberto Cortés, mi padrino. Él era el técnico de la escuelita donde yo jugaba en Tumaco (Nariño). En esa época vivíamos en Tangarial (una vereda a 20 minutos de Tumaco) y mi papá me apoyó para venir a Cali.
- ¿Llegó al equipo y sus condiciones convencieron rápidamente a los entrenadores?
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No, para nada. Viví dos etapas. La primera fue en septiembre de 2008 durante un periodo de prueba con el equipo del profesor Serrano (Guillermo). Después de un mes de estar entrenando me dijeron que no me quedaba. Me regresé muy triste porque deseaba seguir en el equipo del que soy hincha, pero mi padrino siguió insistiendo, habló con el profesor Carlos Julián Burbano, en ese entonces director de La Cantera, y lo convenció para que me diera otra oportunidad. Regresé en enero de 2009 y ahí fue cuando llegué al equipo del profesor Carlos Arango. Al principio me ayudó mucho que a los delanteros de esa categoría los convocaban muy seguido a la Selección Valle, lo que me permitió tener continuidad. Marcaba gol en casi todos los partidos y eso abrió las puertas a mi sueño, jugar en el Cali.
- De no haber regresado a Deportivo Cali, ¿qué hubiera sido de la vida de Harold Preciado, se lo ha preguntado alguna vez?
En ese tiempo también estuve a punto de pertenecer a Boca Juniors (de Cali) pero yo le decía a mi padrino que no quería irme para allá, sinceramente no sé qué hubiera sido de mí.
- ¿Por qué es hincha del Deportivo Cali?
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Desde pequeño siempre me gustó el Cali. Yo veía los partidos por televisión y decía que algún día iba a jugar en esta Institución. Gracias a Dios se me cumplió ese sueño y estoy aprovechando la oportunidad.
- Se habla mucho de su elegancia y técnica para jugar... ¿El jugar en la arena le sirvió para desarrollar esa capacidad?
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Jugar en la arena le permite a uno tener más potencia y moverse con más facilidad sobre una cancha de césped. En lo físico me sirvió mucho pero mi técnica la desarrollé aquí en el Cali.
- ¿Recuerda el gol más espectacular que haya marcado y cómo fue?
El que le marqué en esta Liga a Nacional. Fue una jugada muy bonita en la que se mezclaron la habilidad y una buena definición.
- Se dice que el jugador actual piensa más en el fútbol del exterior que en el sitio donde está, ¿en dónde tiene puesta su cabeza, Harold?
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Mi cabeza la tengo puesta aquí en el Cali. En este momento solo estoy pensando en quedar campeón y goleador con esta camiseta. Si llega una opción de salir será bienvenida pero primero Deportivo Cali.
- ¿Qué hacen sus padres?
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Mi madre es profesora de primera infancia pero actualmente no está trabajando. Mi padre trabaja en una empresa de palma africana.
- Nos enteramos que usted ya es papá... ¿Nos puede hablar de esa experiencia?
Sí, tengo un bebé de un año. Es algo muy bonito aunque no comparto mucho con Samanta por cuestiones de tiempo, pero trato de aprovechar los días libres para irla a visitar. Su llegada coincidió con la excelente temporada que tuve en Jaguares, creo que fue una bendición que ella llegara a mi vida.
- ¿Y vive con la mamá de la niña?
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No. Vivo con un amigo. Tengo novia pero no es la mamá de la niña. Mi vida sentimental la comparto desde hace tres años con Tatiana Arboleda. Son cosas de la vida que pasaron y que nos ayudaron a Tatiana y a mí a fortalecer esta relación.
- ¿Cómo visualiza su vida en un futuro?
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Me visualizo jugando en Europa acompañado por mi familia, que siempre me ha apoyado en las buenas y en las malas. Espero algún día tenerlos cerca para que disfrutemos juntos de las bendiciones que da el fútbol.