Al Sporting de Gijón se le escapa la vida por jornadas, con nula capacidad para la reacción con Clemente al mando, aumentando el drama de una ciudad que se desvive por el fútbol y que ve acercarse el regreso al infierno de Segunda. En Getafe ni un solo gesto de su equipo para la esperanza.
Y eso que el partido era propicio. Poca presión de una grada vacía y un rival, el Getafe, que deja jugar. Pero al Sporting le falta fútbol. Clemente, con problemas en defensa por las bajas de Gregory y Eguren, lo buscó apostando por juntar en la medular a Rivera con De las Cuevas, Ayoze y Lora. La calidad se esconde en los momentos duros y en un duelo sin dueño se impuso la tranquilidad del Getafe.
Diego Castro, con ganas ante su exequipo por una renovación truncada por una pequeña diferencia económica, lo intentó sin parar. Una sed de venganza mayor tenía Adrián Colunga. Se marchó de Getafe por un enfrentamiento con Luis García. A los 9 minutos, pudo cambiar el rumbo pero su mal control cuando se encontraba solo ante Moyá le hizo perder una ocasión de oro que acabó con el único disparo a puerta del primer acto del Sporting. Ayoze lanzó a manos del portero.
El duelo era de baja intensidad. La figura de Míchel comenzaba a imponerse en la lucha en el centro del campo, cuando un centro medido desde el costado de Gavilán, lo remachó a la red Miku. El gol angustiaba aún más al Sporting que no supo reaccionar.
Un testarazo alto de Lora fue su única aportación ante un Getafe que mantenía la calma. Con poco fútbol, el lateral Valera volvió a hacer intervenir a Juan Pablo. Cuando acababa la primera parte un centro se envenenó y en el córner, controló a placer dentro del área y chutó alto.
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No le quedaba otra a Clemente que arriesgar. En el descanso metió un delantero más en el campo, David Barral, y sentó a Rivera. Ni le había dado tiempo a pisar el césped cuando otro centro de Gavilán provocaba otro grave error defensivo que no desaprovechaba Diego Castro. A placer marcó un tanto que no celebró por respeto al sufrimiento de su antigua afición.
La búsqueda del gol marcó la segunda parte del Sporting. Llegó más al área rival pero sin acierto. Barral chutó a la parte exterior del poste la ocasión más clara a los 58 minutos, tres después Moyá detuvo en dos tiempos un disparo lejano de Nacho Cases y Trejo cruzó en exceso su disparo con todo a placer.
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