El actual campeón de la Eurocopa, el equipo que sólo ha perdido un partido en tres años (contra Estados Unidos en la semifinal de la Copa Confederaciones), el de figuras rimbombantes, el de las promesas, al que todos le apuestan, recibe voces que menguan los efectos de la increíble derrota ante Suiza (1-0) en el primer paso que dio el grupo H en el Mundial. Uno de los mejores partidos del torneo, de los pocos que se han visto en realidad hasta ahora, estampó otra cara amarga, negra, del camino de los españoles en las copas del mundo. Pero en el país de las tapas y los toros el convencimiento es total. No hay duda de que se clasificará a octavos de final. Y está bien que así sea. De nada sirve ser negativo en esta vida. La tragedia, empero, ahora está cerca. Queda para España vencer a Honduras, el lunes 21 de junio, y luego jugarse las cartas contra Chile, el viernes 25. A Honduras le debería pasar por encima. Contra la prometedora escuadra de Marcelo Bielsa no será tan fácil. Con una caída en el debut, España puso en juego la clasificación, la dejó para la última fecha y el destino en la siguiente fase será Brasil, Costa de Marfil o Portugal. Vaya lío. “La selección española ya no puede fantasear con la posibilidad de elegir el cruce tras perder ante Suiza (...) Ahora, sólo debe plantearse un ejercicio de supervivencia que le haga pasar de fase como sea”, publicó Marca, sin hacer mayor escándalo del papelón, como sí cuando a cada rato mete la pata el Real Madrid. Eso fue lo que pasó de verdad. Un resultado penoso, así España haya hecho más por los goles durante todo el juego. España, vale la estadística, nunca había perdido contra el cuadro helvético en sus 18 enfrentamientos anteriores. El último se lo llevó a su favor con goleada 3-0 en los octavos de final del Mundial de Estados Unidos 1994. El diario AS se puso en la misma línea: “La Selección no renunció a su estilo y dominó sin suerte todo el encuentro: tuvo una posesión del 63%, lanzó 11 saques de esquina y realizó hasta 23 remates, ocho de ellos a puerta”. España todavía depende de sí misma: dos triunfos holgados y estará seguramente en la próxima fase. Pero con España nunca se sabe. Su mejor lugar en un Mundial fue el cuarto puesto en Brasil 1950. Grandes generaciones se han quedado en nada desde entonces. En 2006, fuera ante Francia en octavos y, en 2002, Corea los sacó del camino en cuartos. La racha predecesora en los certámenes orbitales no es muy buena. En lugar de tanta confianza, como parece advertirse a la distancia, a veces puede ser buena la pausa y la meditación antes que una seguridad efímera.
Actualizado: enero 25, 2017 02:40 p. m.