Y finalmente el 2015 tendrá 20 equipos en primera división: los 18 clasificados para disputar la liga más los ganadores de dos cuadrangulares que enfrentarán a los ocho viejos conocidos de la A que hoy están en la B: América, Quindío, Cúcuta, Pereira, Tuluá, Unión Magdalena, Real Cartagena y Bucaramanga. Si alguno de ellos llega a ascender este semestre (los cuyabros, por ejemplo), el octavo pasajero será el mejor equipo de la reclasificación de este año, Leones de Bello, aunque sean de Rionegro. Sí, es una Dimayorada; un invento más de la dirigencia de nuestro fútbol, pero quiero jugar al abogado del diablo y analizar a profundidad lo que se nos viene. Primero que todo, no es la primera vez que la Dimayor cambia las reglas a medio camino. En 2001 descendió Bucaramanga, pero intempestivamente Dimayor decidió que en 2002 jugarán 18 equipos, así que se inventó un triangular en Cartagena en el que jugaron los tres de la A que estarían ese año en la B: Unión Magdalena, Cúcuta y Bucaramanga. Los samarios aprovecharon el regalo, le ganaron a los dos rivales y ascendieron sin ganar la B, y Bucaramanga, sin marcar un sólo gol pues venció en los penales al Cúcuta, evitó el descenso que se ganó tras pésimas campañas. Vamos a ver cómo sale esto de los dos cuadrangulares de clubes de la A que no se han ganado el derecho de ascender, pero a quienes se lo están regalando. Porque eso es: un premio por tener hinchas, prender televisores y dar de qué hablar en una liga que fecha a fecha pierde más interés ante la masiva presencia de clubes sin taquilla y sin ráting. No, no es una medida justa con lo deportivo, pero es un pedido a gritos del negocio. La triste moraleja es que de nada sirve que hagas bien las cosas como Equidad o Águilas Doradas: si un grande desciende y es incapaz de subir, el sistema se va a encargar de subirlo. Pero hablemos del nuevo sistema: 20 equipos, un campeón semestral tras una fase de ida de todos contra todos y fecha de clásicos, liguilla final, dos descensos directos por promedio... No suena mal, pero se le apuesta de nuevo a la emoción de la liguilla, del 'mata mata', en vez de a la justicia de darle el título al mejor del semestre. El descenso por promedio, sin embargo, ratifica el miedo de que se repita la historia del América; es decir, un grande puede tener un mal semestre, pero es muy raro que tenga tres años malos, así que se seguirá cuidando la integridad de los que mueven la taquilla. Ahora bien, con 20 equipos se abre la posibilidad de que vuelvan dos viejos conocidos, pero a la vez, en un futuro muy cercano, es muy probable que volvamos a sufrir descensos dolorosos para el rating y ascensos que en nada le ayudan. Lo que quiero decir es: ¿y si junto a la liga de 20 equipos se plantearan exigencias administrativas y deportivas para tener un campeonato con equipos serios, estructurados, con sede propia, con inferiores, con solvencia económica? Estoy seguro, porque uno tiene que presumir siempre de la inocencia de los acusados, que la Dimayor hace esto para salvar una liga que se nos está muriendo , que la intención es buena, que los dirigentes quieren ver lo que todos esperamos: espectáculo, buenos partidos, fiesta, ¡nivel! Pero no dejo de preguntarme si no sería mejor tomarnos esto del FPC en serio y tener una liga de pocos equipos, pero bien organizados, capaces de subir el nivel, de llamar la atención, a una de 20 que sólo están ahí porque tienen hinchas. En Twitter: @PinoCalad
Actualizado: enero 25, 2017 02:40 p. m.