Los directivos del balompié italiano enviaron unas propuestas alternativas para que el Gobierno pueda permitirles que se reanude el campeonato, con medidas de prevención contra el COVID-19.
La cúpula directiva del fútbol italiano pidió este viernes al Gobierno italiano que apruebe un protocolo sanitario para la reanudación de la actividad deportiva que sea menos estricto, al considerar que algunos de los requisitos actuales son "difíciles de cumplir".
Lo hizo tras una reunión telemática entre la Liga de la Serie A, la Federación de Fútbol italiana (FIGC), la Federación Italiana de Médicos Deportivos (FMSI) y el representante de los médicos de la liga en la que se enviaron al Gobierno unas propuestas alternativas para facilitar el regreso de los entrenamientos en equipo y, sucesivamente, de la competición.
"Se han analizado los puntos del protocolo que son difíciles de cumplir y se han elaborado, con espíritu constructivo, unas integraciones que puedan resolver los problemas", se lee en el comunicado oficial publicado por la Liga de la Serie A.
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"Hubo un acuerdo general sobre las propuestas finales, formuladas para garantizar una reanudación de la actividad en equipo en total seguridad, que se someterán rápidamente al Ministro de Políticas Juveniles y Deporte, al Ministro de Salud y al Comité Técnico Científico", agrega.
En particular, el punto que generó más dudas en los clubes de la Serie A es el que prevé que todo el equipo respete quince días de cuarentena si se da un caso de positivo por coronavirus durante la concentración.
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Los equipos de la liga italiana volverán este lunes 18 de mayo a entrenar en grupo en unos centros deportivos blindados, después de que reanudaran el 4 de mayo las sesiones de entrenamiento individual.
El presidente del Comité Olímpico Nacional Italiano (CONI), Giovanni Malagó, pese a considerar casi seguro que la Serie A se reanudará a mediados de junio, expresó este miércoles sus dudas sobre las posibilidades reales de que la temporada pueda concluir.
"Para saber cuántas posibilidades hay de que el campeonato termine sería necesario tener una bola de cristal. Este es el verdadero riesgo", opinó el presidente del CONI.