La FA también advirtió al técnico sobre los riesgos de repetir esta conducta en el futuro pues es reincidente esta temporada, a pesar de que el luso no reconoció haber infringido las normas de la organización durante una audiencia con la Comisión Independiente Reguladora, según publicó la institución en su página web.
En la recta final del partido en el Villa Park, el árbitro, que ya había expulsado a Willian, enseñó tarjeta roja a Ramires y dejó al Chelsea con nueve futbolistas, una situación que hizo perder los nervios a Mourinho, que entró al terreno de juego para protestar la expulsión.
El árbitro del encuentro, Chris Foy, enseñó entonces la roja a Mourinho, como ya había ocurrido en octubre en un encuentro ante Cardiff que el luso terminó de ver desde la grada.
En relación con su actuación, José Mourinho justificó recientemente que en otras ocasiones encuentra razones naturales para perder un partido, pero que en el caso del encuentro contra el Aston Villa es difícil.
"Lo que pasó en la derrota contra el Villa nunca lo sabré y nunca lo aceptaré", apuntó recientemente el luso, que calificó el encuentro como un partido de fútbol que no fue normal.
Esa fue la segunda vez que el técnico ‘blue' terminó un de ver un partido desde las gradas, tras su expulsión el pasado octubre en el enfrentamiento contra el Cardiff City.
Entonces el portugués fue igualmente acusado de "conducta indebida" y multado con 8.000 libras, la sanción habitual en estos casos según apuntó la FA en su momento.