Es imposible dejar de hablar de lo sucedido en el Camp Nou. Sigue siendo difícil dejar de hablar de por lo menos, un penalti dudoso, pero que terminó en el fondo de la red. Sigue siendo increíble que un equipo que recibió cuatro goles, remonte con seis obteniendo la victoria en el último minuto. Sea lo que sea; regalos del árbitro o no, ¡qué forma de jugar con corazón y pelear hasta lo último! Eso fue el Barcelona, un equipo que no se rindió y que luchó.
En fin, no estoy aquí para hablar de ese triunfo, estoy aquí para hablar de la ‘colombianada’ esa de andar peleando por todo. Sí, acepto que le voy al Real, pero de Europa me quedo con su fútbol total, no con un solo equipo; por eso me emocioné tanto como un hincha culé cuando Sergi Roberto hizo el gol de la victoria.
No pude dejar de ir a mis redes sociales y publicar que para mí el árbitro había metido un poco la mano y terminó dando regalos. Como al Madrid. Lo hice entre burlas y charlas, sin ánimo de pelear, porque, al fin y al cabo, el Barca se lo merecía y lo demostró en cada uno de los 95 minutos.
Lamentablemente los hinchas del Barcelona son más hinchas de odiar al Real Madrid, y viceversa. De no haber sido por la virtualidad del asunto, seguro recibo algún golpe. ¿Y saben? Sigo creyendo que por lo menos hubo un lindo regalo, pero… ¿a usted no le enseñaron a ser agradecido? Acaso cuando estaba pequeño no le dijeron: “Cuando le den un regalo recíbalo así no le guste. Sea agradecido que, ¡Qué pena!”
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Ya estamos muy grandecitos para pelear con grosería por equipos que ni son de aquí. ¡Es muy desgastante! Creo que es de grandes aceptar que hay errores así estos beneficien, las cosas siempre como son, sin importar a quien le van. Por ejemplo, Masherano aceptó que le cometió un penal a Ángel Di María.
Entienda, en el fútbol siempre van a existir las burlas, las charlas, las molestias… y si usted va a seguir tomándose todo personal, van a continuar las peleas tontas en los estadios, por intolerantes, violentos, y por creerse más que todos.
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Exprese su molestia ¿Quién dice que no? Pero piense un momentico, ¿es necesario ser grosero y querer pasar por encima del otro por su inconformidad? Yo tomé la decisión de decirle al ofensivo que bien pueda y coja otro rumbo si el insulto es su arma.
Para mí el fútbol es fiesta y alegría, una rivalidad que puede llevarse en paz y que debería ser más risas que bravuras. Si está de acuerdo con lo anterior, mi consejo es: ¡No se desgaste más con hinchas del odio!
Aaah y esto también aplica para hinchas del DIM, del NAL y de cualquier equipo de Fútbol Profesional Colombiano.