Después de vencer el domingo pasado al débil Portimonense, el conjunto blanquiazul encabeza con una superioridad insultante la Liga lusa con 31 puntos, diez más que el segundo clasificado, su eterno rival, el Benfica.
El Oporto lleva, en once partidos (un tercio del campeonato luso), una victoria más que el líder de la Liga española, el Real Madrid, en el mismo número de encuentros, y con el equipo madridista comparte incluso la diferencia de goles, pero con un tanto en contra y a favor menos.
Sus registros lo convierten en el equipo más fuerte de las principales ligas europeas, por encima del Chelsea inglés, el Milan italiano, el Borussia Dortmund alemán y el Brest francés.
No obstante, a principios de temporada, pocos auguraron el éxito del club norteño, que debe su fantástico recorrido al papel del brasileño Givanildo Vieira de Sousa, ‘Hulk', y el entrenador portugués André Villas-Boas.
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El delantero internacional, de 24 años, es el máximo anotador de la Liga lusa con 11 tantos, un estado de gracia que ha disparado los rumores sobre su regreso a la selección "canarinha" en un futuro próximo.
‘Hulk', apodado en Portugal como ‘el increíble', llegó a la disciplina del Oporto en verano de 2008 por 5,5 millones de euros del japonés Tokio Verdy, y en sólo los once primeros partidos de liga -de los que se perdió uno- ya ha metido más goles en Liga que en las dos campañas anteriores (5 y 8, respectivamente).
Bien acompañado en la punta de ataque por el colombiano Radamel Falcao y el luso Silvestre Varela, la potencia y demoledor disparo de ‘Hulk' ha marcado la diferencia en su equipo, tal y como demostró la semana pasada en el duelo contra el Benfica, al que 'ajustició' con dos goles en un humillante 5-0.
Pero si el atacante brasileño se destaca dentro del campo, desde fuera el principal responsable de la buena marcha de ‘los dragones' es su técnico, André Villas-Boas, quien a sus 32 años -es el entrenador más joven de la Liga lusa- está maravillando a Portugal en su primera temporada al frente del Oporto.
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Conocido por ser discípulo de José Mourinho, con el que trabajó en Inter de Milán, Chelsea y Oporto como ayudante y ojeador de los equipos rivales, Villas-Boas lleva una carrera fulgurante.
De hecho, su estreno como entrenador principal no llegó hasta el año pasado, en el Académica de Coimbra, conjunto que decidió ponerse en sus manos cuando iba último en la tabla, y al que finalmente logró salvar de los puestos de descenso.
Además de la Liga, el Oporto tiene en el punto de mira la Liga Europa, competición en la que también pisa fuerte, con tres victorias y un empate, y que no gana desde la temporada 2002/2003, precisamente con el hoy entrenador del Real Madrid en el banquillo.