La historia no discutirá que César Pastrana es el presidente más exitoso de Independiente Santa Fe; dos títulos de liga, dos superligas y una Copa Sudamericana, además de una semifinal de Copa Libertadores en el 2013. Pero no solo los logros deportivos del conjunto cardenal fueron mérito del dirigente, sino también su acción para que el equipo se recuperara económicamente cuando estaba en una profunda crisis administrativa. Estos logros de Pastrana lo han puesto dentro del sentimiento del hincha. También han hecho que el mismo aficionado de Santa Fe no sea conformista, que quiera más y eso, hasta cierta medida, no está mal. En este proceso ha estado Omar Pérez, el capitán y referente del equipo; otro héroe para los santafereños, que cuando salga de la institución seguramente tendrá una despedida por lo grande, como lo merece. Pero desafortunadamente tanto Pastrana y Pérez, y como lo comenté hace unos días con una persona, están teniendo más hinchada que el propio Santa Fe, y ahí es cuando algo anda mal. Pelusso y Pérez, el inicio de la tormenta Tras el problema de Omar Pérez con Gerardo Pelusso, Pastrana tomó una decisión popular: respaldar al jugador argentino y aceptar la renuncia del técnico, quien recibió insultos por parte de la hinchada un día antes del clásico contra Millonarios. El presidente decidió hacerle caso a los barristas: respaldar al jugador y dejar por fuera a Pelusso, quien además de renunciar, no tuvo una buena relación con el futbolista que en varias ocasiones hizo dar a entender que recibió maltratos y que no era justo para él tras su gran trayectoria en el club, que por eso renunciaba. La renuncia no fue en serio y apenas se fue Pelusso, Pérez continuó en el equipo. Una total pataleta. En ese momento, Pastrana buscó a Gustavo Costas, quien había dejado el equipo seis meses atrás. El argentino no regresó a Santa Fe porque estaba en Atlas y el club mexicano no lo dejó ir; unos meses después, el club mexicano lo despidió por malos resultados. El descarte de Pastrana Entonces llegó el descarte. ¡Sí! Descarte, porque eso fue Alexis García para César Pastrana. Cuando lo presentó, el presidente de la institución aceptó que había buscado a Costas y que por eso decidió llevar al técnico de 56 años, sin pensar el problema que esto traería. La hinchada, desde el primer día, resistió a García. Al DT le pusieron a Gerardo Bedoya como integrante del cuerpo técnico, una maniobra de Pastrana para que existiera una comunión entre la afición y García. Pero la decisión no dio resultado. En los primeros cinco partidos de García, el equipo ganó, pero existían las críticas hacia el DT. ¿Por qué los hinchas de Santa Fe no lo querían? Sencillo, su pasado como jugador y técnico en Atlético Nacional y en una segundo plano, por su estilo de juego defensivo y temeroso. Además Santa Fe fue eliminado de la Copa Libertadores en la fase de grupos con Cerro Porteño en Paraguay. Un total fracaso para el campeón de la Sudamericana y situación en la que el señalado fue García. El equipo no jugaba a nada, pero tampoco tenía una nómina competitiva para pelear por el título continental, un error que en gran porcentaje se debe a Pastrana. Llegó la salida de García de Santa Fe, quien a pesar de no dar buenos resultados en los partidos del equipo en momentos claves, fue manoseado por Pastrana y tampoco existió respaldo por parte de los jugadores; un claro hecho que dentro del vestuario varios no estaban conformes con el técnico, quien en cierto grado también tiene su responsabilidad al recibir un equipo que estaba caliente en el vestuario con la discusión de Pérez y Pelusso, y que dejó bandos divididos. Con la continuidad de Pérez, el mensaje implícito fue claro: acá, Pérez está por encima de todos y García aceptó los términos y condiciones. Llegada de Costas, ¿el inicio de la calma? Con la llegada de Costas, el ánimo dentro de la afición cardenal cambió. El técnico argentino, quien logró una Liga y una Superliga, es querido por la hinchada, pero tiene un gran reto: volverle la alegría al equipo, que dentro del terreno de la cancha exista una identidad; ya sea ofensiva, de controlar el balón o defensiva, como la de Pelusso, pero que el hincha de Santa Fe sepa a lo que va jugar el equipo. Costas ya dio indicios sobre cómo va jugar, dijo para El Espectador que le apostaría al 4-3-1-2, con un enganche neto y ahí viene la gran duda, ¿quién jugará de 10? He leído muchos comentarios y esquemas que hacen los hinchas. Ponen a Omar y a Kevin Salazar, pero es difícil, porque un jugador como Salazar no se puede desnaturalizar de su puesto. Contra Envigado, el 2-3-1 que usó Gerardo Bedoya, técnico interino, no funcionó en generación de juego, ya que Santa Fe, a pesar de terminar ganando 2-0 con errores del rival en el primer tiempo, nunca tuvo una clara opción de gol por creatividad o generación de juego. Cuando salió Omar, se vio a un mejor Kevin Salazar, quien se juntó con Jonathan Gómez y crearon una muy buena jugada colectiva que por poco termina en gol. Vienen muchas competencias y de seguro Costas rotará la nómina, pero habrá un equipo base y el cual debe ser conducido por el joven bogotano de 20 años; está en un mejor nivel que Omar y no puede ser reemplazado o movido a otra posición para que el capitán juegue. Salazar se perfila como el enganche del equipo, con tres volantes atrás de él y dos delanteros arriba. Esto, más que una opinión, es una breve radiografía del Santa Fe de los últimos cuatro meses, que ha tenido a tres distintos directores técnicos. Los problemas internos lo sabrán los implicados y sabrán cómo actuaron, pero no hay que negar que todo gira en torno de Omar Sebastián Pérez y César Pastrana, que embriagados de triunfos, llegan al límite de la soberbia y perjudican a más de uno. Para terminar… Hace unos meses, César Pastrana confirmó que abandonaba la institución en diciembre. Después del clamor popular de la hinchada, echó para atrás su decisión y afirmó que continuaría como presidente de la institución para el 2017. Sin lugar a dudas, otro acto de populismo que midió el aceite de los seguidores del conjunto cardenal en redes sociales. Allí el presidente y Omar Pérez siempre son defendidos por twitteros que terminan enviando a la hoguera al que piense diferente que ellos. Jhon Álvaro Clavijo / Twitter: @siperohoyno
Actualizado: enero 25, 2017 11:56 a. m.