Tras ocho victorias consecutivas, el equipo blanco demostró el lunes que también sabe sufrir ante el Granada para cosechar su noveno triunfo consecutivo (2-1) y ponerse a un paso del título liguero.
El grito de alivio y alegría del técnico merengue, Zinedine Zidane, en el momento del pitido final del encuentro plasmó lo mal que lo acabó pasando el equipo merengue.
"Para conseguir cosas en esta liga hay que sufrir y hemos sufrido", dijo Zidane tras el partido, señalando que "es normal ese grito al final porque son tres puntos importantísimos para nuestra liga".
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No es fácil ver al flemático entrenador francés mostrar sus emociones, pero el lunes en el estadio de Los Cármenes no pudo evitarlo ante la debacle que sufrió su equipo en la segunda parte.
Tras una primera parte en la que los blancos mostraron la solvencia y el dominio que les habían llevado a ganar todos sus encuentros desde la reanudación de la competición después de la pandemia el 11 de junio, llegó lo que pudo acabar en desastre.
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"El Madrid acabó pidiendo la hora, con el meta rival atacando un córner, pero ganó", destacó este lunes el columnista de As, Alfredo Relaño.
En el segundo tiempo, el gol del Granada, que puso fin a cinco partidos consecutivos del Real Madrid con su portería a cero, sembró el desconcierto en las filas merengues y marcó el inicio de 40 minutos de sufrimiento con un Real Madrid inusualmente defensivo.
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El equipo merengue que se había mostrado firme en todos los partido hasta entonces empezó a dar muestras de nervios y de algunas imprecisiones, que pudieron costarle caro.
"El equipo se juntó, se puso el mono de trabajo y se preparó para sufrir consciente de que en esa resistencia andaba en juego nada menos que LaLiga", señaló este lunes el subdirector de Marca, Carlos Carpio.
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La victoria del Barcelona ante el Valladolid el sábado (1-0), que había colocado a los azulgranas a un punto de los merengues no permitía pensar en un empate o una derrota, a sólo dos jornadas del final, que se jugarán el jueves y el domingo.
"Ojalá el jueves podamos celebrar el título como Dios manda", decía el capitán del equipo blanco, Sergio Ramos, tras el encuentro.
El equipo merengue tiene cuatro puntos de ventaja sobre el Barcelona, con seis por disputarse, con lo que el Real Madrid podría ser campeón el jueves si gana o hace lo mismo que hagan los azulgrana contra el Osasuna.
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Pero contra el Villarreal, el Real Madrid no podrá permitirse la desconexión sufrida en la segunda parte del lunes contra el Granada.
"En lugar de ir a matar el partido buscando el 0-3 nos relajamos. Estas cosas no pueden pasar porque cualquiera te puede ganar si no mantienes la intensidad. Ganamos la primera parte y perdimos la segunda", reconoció Sergio Ramos.
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"Tuvimos delante un adversario que nos puso en dificultades, pero demostramos que también podemos sufrir y para ganar una Liga hay que saber sufrir", insistió Zidane, que acaricia su segundo título liguero como entrenador merengue.