En un partido de preparación al Mundial de 1998, Francia disputaba un partido amistoso frente a Brasil, y el defensor brasileño con pierna zurda anotó de tiro libre uno de los mejores goles de la historia.
Francia iba a ser el anfitrión del Mundial y quería prepararse enfrentando a la mejor selección del mundo.
El escenario era el Parque de los Príncipes en París. 1-1 terminaría el encuentro, que como presagio resultaría ser el partido de la final de aquel Mundial que terminó llevándose Francia,
Publicidad
Sin embargo, para la historia iba a quedar marcado la anotación de Roberto Carlos para Brasil. Un disparo imposible que terminó al fondo de la red.
“La pelota iba completamente desviada, pero el viento rectificó su trayectoria hasta la portería. Fue un milagro", le confesó el brasileño al diario ‘L’Equipe’.
Publicidad