El equipo de Río de Janeiro llegó a Bolivia para aclimatarse a la altitud antes del partido que jugará con el Real Potosí la próxima semana por la primera fase de la Copa Libertadores de América.
En los aeropuertos de las ciudades de Santa Cruz y Sucre, centenares de hinchas y decenas de periodistas intentaron sin éxito acercarse al astro que estuvo todo el tiempo rodeado por tres fornidos guardaespaldas y no hizo declaraciones ni accedió a las fotos que pedían a gritos sus seguidores.
Los hinchas contaron a los medios la frustración de pasar varias horas en las puertas del hotel de Santa Cruz donde primero se hospedó el Flamengo, sin lograr ni un saludo de Ronaldinho ni del técnico Vanderlei Luxemburgo o el resto de la plantilla.
A la ciudad de Sucre, situada a 2.790 metros sobre el nivel del mar y vecina de Potosí, el equipo arribó hoy con escolta policial.
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Luxemburgo eligió Sucre para realizar un trabajo de aclimatación a la altitud antes de debutar el próximo 25 en el torneo en su visita a Potosí, situada a cerca de 4.000 metros de altitud.
El Flamengo realizará sus entrenamientos en el estadio Patria de Sucre, algunos abiertos para el público y la prensa y otros privados, anticiparon los directivos del escenario deportivo.
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