El Barça, necesitado de reforzar el eje de la defensa, pagó por él 10 millones de euros fijos en una operación que podría alcanzar los 18,8 millones si se cumplen una serie de variables.
La operación resultó controvertida por el riesgo que entrañaba. Al precio de la misma había que añadir los problemas físicos que había padecido el jugador en la Premier. En la temporada pasada llegó a perderse hasta 17 partidos por problemas musculares, sólo pudo disputar 14 partidos como titular y de ellos solo jugó la mitad completamente.
Además, el jugador se lesionó en el músculo semitendinoso de la pierna derecha, durante un partido mundialista que jugó con su selección frente a Rusia (22 junio 2014) y desde entonces ha tenido diferentes problemas físicos y ha tenido que ser intervenido quirúrgicamente.
Pese a su lesión, el Barça lo contrató en agosto pasado. Fue sometido a una exhaustiva revisión médica y fue presentado oficialmente el 10 de ese mes.
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La recuperación, prevista inicialmente para diez días, se prolongó un mes y medio. A finales de septiembre recibió el alta, incluso llegó a jugar un partido amistoso con el filial, y se integró a la dinámica de entrenamientos del primer equipo.
Pero no acababa de encontrarse bien físicamente y en noviembre, de acuerdo con los médicos del club, decidió visitar al traumatólogo finlandés Sakari Orava, un especialista en este tipo de lesiones, para buscar soluciones.
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A principios de diciembre de 2014 es intervenido en Finlandia y a mediados de febrero empieza a ejercitarse al margen del grupo. Una semana después de haber iniciado la recuperación y ejercicios de carrera continua, Vermaelen tiene que volver a detener el proceso a causa de unas molestias.
En marzo vuelve de nuevo a acelerar en la recuperación e intensifica sus sesiones, realizando algunos entrenamientos con el primer equipo, y finalmente este domingo ha recibido el alta médica. Desde su lesión (22 de junio) hasta la completa recuperación (26 abril) han pasado más de diez meses.