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El Junior ha vuelto a tocar el cielo con las manos al consagrarse campeón de la Liga BetPlay 2025-II. En una final vibrante que terminó con un marcador global de 4-0 ante Deportes Tolima, el equipo 'tiburón' bordó la undécima estrella en su escudo. Pasados unos días desde la consagración del equipo barranquillero, se reveló la inspiración de Guillermo Paiva, uno de los referentes ofensivos del equipo a lo largo del año.
Detrás de la potencia del delantero paraguayo existe un motor imparable: su hermano Diego. Desde su nacimiento, Diego ha enfrentado diversos desafíos de salud, pero su espíritu inquebrantable ha sido la verdadera brújula de Paiva. Esta conexión quedó sellada en un pacto de vida que el atacante lleva tatuado en su brazo: "Mientras yo exista, nunca estarás solo". Ese mensaje no es solo tinta; es la promesa que ha acompañado al '9' en sus títulos en Paraguay, Brasil, Chile y, ahora en Colombia.
La temporada del 'guaraní' con la camiseta rojiblanca ha sido excepcional, respaldada por números que justifican su importancia en el esquema de Alfredo Arias. En el 2025, el atacante disputó un total de 52 partidos, en los cuales registró una notable participación directa en el marcador con 12 goles y 7 asistencias.
Su influencia fue determinante en la fase definitiva del segundo semestre. En el partido de ida de la gran final, disputado en el Metropolitano, Paiva fue la gran figura al brindar dos asistencias claves para la victoria 3-0, demostrando su capacidad no solo para finalizar, sino para generar juego para sus compañeros. A pesar de una temprana expulsión en el juego de vuelta en Ibagué, su aporte a lo largo del semestre, donde sumó más de 3.300 minutos en cancha, fue uno de los pilares sobre los que que se edificó el campeonato.
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Mientras Guillermo luchaba en el césped, Diego se convertía en un barranquillero más. Con la camiseta número 9 y una actitud arrolladora, se volvió una presencia constante en las tribunas y, tras los triunfos, en la intimidad del camerino festejando con el plantel. Su propia batalla diaria en las sesiones de fisioterapia para fortalecerse ha servido de espejo para un delantero que aprendió de él que ningún obstáculo es definitivo.
Hoy, la familia Paiva celebra una nueva copa. Para el exColo Colo, el título de Liga BetPlay es la validación de un trabajo inagotable; para Diego, es la confirmación de que sus ganas de vivir son el combustible de los éxitos de su hermano. Una relación ejemplar que ahora celebra bajo el cielo de 'la arenosa'.
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