El de Carvalho fue, quizá, el regreso más inesperado, tanto por su edad (36 años), como por la gravedad del incidente que provocó.
En agosto del 2011, el entonces central del Real Madrid abandonó sin dar explicaciones la concentración de Portugal por haberse sentido menospreciado por Bento, quien había escogido para el equipo teóricamente titular al convaleciente Pepe.
La espantada, para la que utilizó el coche de su colega Fábio Coentrao, acarreó un fuerte castigo de Bento, que decidió no convocar nunca más a un defensa al que tildó de "mercenario".
"Formalmente tal vez no lo haya hecho, pero puedo hacerlo ahora: pido perdón a todo el mundo (...) Pero realmente el que salió más perjudicado fui yo mismo, que no pude estar aquí como quería", declaró Carvalho, quien lamentó la forma impulsiva con la que entonces actuó.
La caída de Bento, precipitada por la inesperada derrota casera ante Albania (0-1) en septiembre y alimentada por el decepcionante Mundial de Brasil, y posterior llegada de Fernando Santos le abrió las puertas de un combinado que ha representado en 75 ocasiones.
"Estoy aquí como si fuese la primera vez. Mi objetivo siempre fue jugar en mi club y continuar siendo convocado por la selección, por eso estoy aquí con mucho gusto", comentó el defensa, de voz suave y gestos medidos.
A la reincorporación de uno de los centrales más prestigiosos de la década de los 2000, se unió la de Tiago, un medio centro que atraviesa su segunda juventud al mando del Atlético de Madrid, con el que se consagró campeón de España este año.
"Me siento como un niño que llega aquí por primera vez", anotó este lunes desde Óbidos el centrocampista, cuyo abandono de la selección fue mucho menos polémico que el de Carvalho.
En un fax enviado a la Federación Portuguesa de Fútbol (FPF) en enero del 2011, Tiago presentó su renuncia al entonces seleccionador Paulo Bento por motivos personales y para dar paso a "nuevos valores".
"Sentía que no podía aportar nada a la selección, me sentía en bajo (...) Ahora siento precisamente lo contrario, siento una alegría inmensa por jugar al fútbol y lo más bonito para un jugador es representara su selección", juzgó, al tiempo que reconoció sentirse "arrepentido" por haber mandado ese fax.
Tiago, con 58 partidos internacionales, y Carvalho, con 75, acumulan una notable hoja de servicios tanto a nivel de selección -ambos estuvieron en el cuarto puesto del Mundial de Alemania en el 2006-, como al de clubes.
Ambos deberán probar su fiabilidad en el amistoso ante Francia (11 de octubre) y, sobre todo, en el choque valedero al Euro 2016 ante Dinamarca.