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Bolt, con las zapatillas en la mano y la bandera de su país al cuello, iba saludando al público tras ganar el título de 200 cuando fue atropellado por uno de los cámaras que le seguía grabando de cerca durante su celebración.
El vehículo del cámara tropezó con los rieles que hay en el exterior de la pista, cambió de rumbo y se llevó por delante al velocista.
El jamaicano reaccionó con rapidez, dio una voltereta, se levantó y continuó repartiendo sonrisas y saludos por las gradas como si nada hubiera pasado.
Segundos después, el campeón mundial volvió sobre sus pasos para interesarse por el periodista accidentado, quien se llevó la peor parte, porque, además de dar con sus huesos en el suelo, se le cayó la cámara en la cabeza.