Debía haber vuelto el 13 de septiembre pasado, en el encuentro de la fase de grupos que finalizó con empate a dos, pero el punta sueco se cayó de la lista ‘rossonera' por una inoportuna lesión.
Esta noche, ‘Ibra' regresó al escenario donde no pudo triunfar. Y fue silbado, como el resto de jugadores milanistas, cuando su nombre se escuchó por megafonía durante la presentación del choque.
El socio culé no le perdona que se marchara sin una palabra de cariño o agradecimiento hacia el club donde jugó una temporada y 'rajando' de su técnico, Pep Guardiola. Y este martes ‘Ibra' fue un enemigo más del barcelonismo.
Pudo resarcirse de su sensación de fracaso a los cuatro minutos de juego, cuando en una internada por el carril izquierdo se plantó ante Valdés y, tras aguantar la entrada de Piqué, se hizo un lío con el balón y pegó una patada al aire en vez de impactar el cuero.
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Si esa jugada llega a acabar en gol, quién sabe si Zlatan Ibrahimovic habría pasado esta noche a la historia como el verdugo del 'Pep Team' en esta edición de la Liga de Campeones. Pero ‘Ibra' perdonó y ya no dispuso de ninguna otra ocasión para marcar.
Mascherano, cuando Zlatan recibía alejado del área, y Piqué cuanto más cerca se encontraba de Valdés, fueron los encargados de frenar al punta sueco.
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Cualquier acción defensiva de ambos en la que el delantero del Milan acaba perdiendo la bola era jaleada por la grada como una ocasión más de gol de los suyos.
Pasada la media hora, su clase apareció para filtrar un pase entre líneas a Nocerino, que marcaría en esa jugada el gol del empate a uno.
Antes de llegar al descanso, incluso tuvo una falta en la frontal que estrelló, de forma indolente, en la barrera. Y al poco de la reanudación, reclamó penalti en una jugada con Mascherano que el árbitro no le concedió.
Peleó, presionó la salida del balón del rival e intentó alguna conducción. Piqué se lesionó en una acción en la que intentó quitarle el balón. Pero para entonces, la afición azulgrana ya se había olvidado totalmente del sueco y se dedicaba a disfrutar el juego de su equipo.
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Hasta el milanista Maxi López, un delantero de segunda fila que jugó temporada y media en el Barça de Ronaldinho y que solo marcó un gol como azulgrana -ante el Chelsea en una eliminatoria de 'Champions'- recibió esta noche más cariño que Zlatan cuando salió del banquillo para jugar los últimos minutos.
A estas alturas del choque, el Barça dominaba con claridad el juego y el marcador (3-1), y hasta Zlatan Ibrahimovic pareció rendirse a la evidencia: vestido de azulgrana o de blanco como este martes, jamás ha logrado enamorar al Camp Nou.
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