Son enfermeros de urgencias y de cuidados intensivos. Hicieron una pausa en su ya dura labor, para casarse y enfrentar más unidos que nunca esta pandemia.
El silencio cobijaba cada banca de la iglesia, testigo mudo de una marcha nupcial que acercaba al altar a una novia que lloraba de emoción.
En los asientos, reposaban fotografías de familiares y amigos sonrientes que, en secreto y a la distancia, observaban la boda a través de sus celulares, tabletas y portátiles.
Los novios eran Clare Seghers y Mel Keefer, dos trabajadores de la salud en Luisiana, Estados Unidos y que están en la primera línea de batalla contra el coronavirus COVID-19; uno, de la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Baton Rouge General; y el otro, de la sala de urgencias del West Feliciana Parish.
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En la boda, solo pudieron estar presentes diez personas; sin embargo, en los vehículos estacionados en secreto en las afueras de la iglesia, allegados pitaron a los recién casados una vez terminada la ceremonia.
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La luna de miel tendrá que esperar para estos recién casados que ya están de vuelta en el hospital, unidos en el amor y en la lucha contra el coronavirus.
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