La especialista en biología molecular explicó cómo funciona este test, que han desarrollado en Boston y con el que se espera disminuir la curva de contagios de COVID-19 en el mundo, mientras se encuentra una vacuna que, dijo, estaría lista en un año.
Esta prueba, afirmó, tiene “un 50% de fidelidad con personas que tienen poquito virus”.
“Es buena para el tamizaje, la lleva a la población, la utiliza dos, tres días, incluso más, y así puedes tener un monitoreo constante”, agregó.
Aseguró que no se puede esperar a “que venga una prueba del 100% (de efectividad), eso no va a ocurrir, hay que ser prácticos”.
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Bosch indicó que esta tirilla de papel, “que detecta el virus como si fuera un test de embarazo”, necesita el visto bueno de la FDA de EE. UU. como un tamizaje”.
Una vez validada, “tenemos la capacidad de producir un millón de test al mes y después 8 millones de test por día”, aseguró.
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“No necesitas esperar horas o días para tener el resultado, puedes tener el resultado en 15 minutos o 30 minutos”, resaltó.
Insistió en que la prueba es una buena medida mientras sale la vacuna, porque cuando la encuentren nadie tendrá “la capacidad de distribuir billones de dosis, va a ser una cola de tiempo para que todos nos podamos vacunar y mientras tanto todos vamos a sufrir”.