Lo anterior significa que el Sildenafil, nombre genérico del Viagra, pasó a ser de dominio público. A Pfizer solo le queda Estados Unidos como bastión, donde disfrutará de su poderío hasta el 2020.
Gracias a la píldora, hombres mayores de 60 años ha podido vivir una "segunda juventud sexual".
BBC Mundo explora cinco aspectos relacionados con el medicamento que podrían cambiar, o quedar inalterados con la caída de la patente.
1. Posibilidad de elegir
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Se estima que para el 2025, 322 millones de hombres tendrá disfunción eréctil.
Un estudio realizado años después de la salida al mercado de Viagra por especialistas del departamento de Urología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston, en Estados Unidos, estimó que para el 2025 habrá unos 322 millones de hombres con disfunción eréctil.
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"El mayor crecimiento proyectado será en el mundo en desarrollo: Africa, Asia y Latinoamérica", dice el ensayo publicado entonces en el Journal of the British Association of Urological Surgeons.
Esto se traduce en muchos récipes médicos. "Y la competencia será económica", le dice a BBC Mundo María Fernanda Peraza, uróloga venezolana experta en la salud sexual masculina y femenina.
"Uno prescribe el medicamento que sabe que le va a funcionar mejor al paciente", continúa. "Pero a partir de ahora, el paciente va a preferir comprar el más económico".
La doctora Peraza considera que los pacientes que ya utilizan medicamentos inhibidores -Viagra y su competencia, Cialis y Levitra-, por lo general, se mantendrán fieles al producto que ya conocen.
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"Al que sólo le funciona uno de los fármacos se quedará con ese, pero quien responde con los dos, preferirá ahorrar dinero y comprar el genérico", agrega.
2. ¿Exactamente igual?
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"Mira, hasta el diseño es igual, un rombo azul con las puntas redondeadas", le dice a BBC Mundo un vendedor de genéricos en España que prefiere no dar su nombre.
"Un genérico es lo mismo que la marca, Viagra es Sildenafil y es así como lo vamos a sacar", señala.
María Fernanda Peraza prefiere no poner las manos en el fuego.
"Todavía no podemos estar seguros de su efectividad", aclara. "Eso es muy subjetivo.
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Es de aquí a un año que se podrá empezar a valorar por la experiencia clínica".
Sin embargo, estudios respaldan las posición del vendedor. La literatura científica indica que un genérico es lo mismo que la marca.
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¿La diferencia? Muchisimo más económico. Mientras que el Viagra de Pfizer cuesta alrededor de US$10 la pastilla, el genérico podrá salir a la venta por un precio tan barato como US$1 la unidad.
3. Apertura del negocio
"Se producirá una masificación del producto. Estás facilitando acceso tanto a una población con demanda, porque tiene disfunción eréctil, como a probadores novatos y más jóvenes", dice la doctora Peraza.
Hasta ahora, Cialis había sido la principal competencia de Viagra.
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"Esperamos que haya más venta porque habrá más capacidad para comprarlo", le explica a BBC Mundo la farmaceuta Mireia Romans, con un negocio en Barcelona, España.
Romans cuenta que ya muchos jóvenes adquieren la pastilla, sólo que a un alto precio.
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"Nos ha pasado que como regalo de 18 años compran Viagra 'para que pases una buena noche'", cuenta.
A Romans las empresas de genéricos ya le han ofrecido Sildenafil. Sin embargo, por lo pronto su prioridad es salir del stock que tiene de Viagra antes de que se abaraten los costos.
La presión no viene de los nuevos productos genéricos sino de la misma Pfizer, que lanzará su propia versión de precio reducido a fin de retener una cuota de su mercado.
Lo que está en juego es mucho, pues en 2011 Viagra fue el sexto medicamento más vendido de esta empresa estadounidense, con ingresos de más de US$2.000 millones en todo el mundo.
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Pfizer ya sabe lo que es perder una patente. Cuando hace dos años perdió los derechos de Lipitor, un fármaco para el colesterol, también dejó de percibir casi la mitad. Las ventas cayeron de US$9.600 millones a US$3.600 millones.
Tanto el Viagra como su competencia, Cialis y Levitra, se venden en la mayoría de los países con receta médica en la farmacia.
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Aunque en internet la oferta es feroz. Tanto, que hace poco Pfizer decidió vender su producto en la red para contrarrestar el mercado negro.
Con la salida de genéricos, se espera que el mercado negro de la pastilla azul se vea seriamente afectado.
4. Sociedad Viagra
Con la salida de Viagra en 1998, el mundo experimentó -o para ser más específica, la población masculina de la tercera edad- una especia de destape sexual.
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La publicidad de Viagra ha contado con personalidades como la estrella de fútbol Pelé.
La medicina sexual vivió un despertar. Viagra fue el primer medicamento que se publicitó directamente al consumidor.
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Para Meika Loe, socióloga y antropóloga de la Universidad Colgate, del estado de Nueva York, en EE.UU. y autora del libro "The rise of Viagra", este boom sexual se debe a que "vivimos en una época cultural en que se enfatiza el sagrado triunvirato de juventud, vitalidad y rendimiento".
"Pfizer ha ayudado a reforzar estas idead tradicionales, y no tan tradicionales, con Viagra", le dijo al sitio en internet About.com. "Ha sido fascinante ver lo exitoso que ha sido aquí (EE.UU.) como en todo el mundo ese mensaje de juventud, vitalidad y rendimiento".
No obstante, Loe considera que esa explosión sexual fue a un nivel interno. Más allá de las personalidade que, como parte del mercado del producto, han reconocido tomar la pastilla -Pelé, Michael Douglas y Jack Nicholson, entre ellos- en el mundo real son más los casos de gente que conoce a "un amigo" que la ha probado que el número de quienes están dispuestos a hablar abiertamente de que la usan.
"Me hubiera gustado ver una explosión de gente comunicándose sobre la sexualidad", apuntó la especialista. "Pero en nuestra cultura de 'una pastilla para todo', tendemos dejar que una píldora haga todo el trabajo".
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Quizás una masificación del producto produzca un diálogo más abierto sobre las disfunción eréctil y las implicaciones en la relación de pareja.
5. ¿Y la mujer?
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Tras revisar una buena cantidad de artículos sobre cómo Viagra ha cambiado la vida de la mujer, sólo se puede llegar a una conclusión ambivalente.
Hay mujeres que agradecen tanto como sus parejas la aparición de esta píldora azul, mientras que otras se quejan de una profundización de los problemas de pareja.
Y es que la sexualidad de la mujer es muy distinta a la del hombre. En el caso de las chicas la líbido juega un papel esencial, mientras que en los hombres buena parte es cuestión de dureza.
"Viagra no es para el deseo sexual", aclara la doctora Peraza. "Están indicados solamente para la disfunción eréctil y con la mujer -en el área sexual- no hay ninguna medicación específica".
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La especialista considera que parte de la situación (o problema, según se mire) radica en que vivimos en una sociedad "penelizada".
"Es una cuestión social y cultural. Al varón desde pequeño se le aplaude el pene, y cuando tienen disfunción eréctil se les cae la vida, porque todo gira en función de penetrar".
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"Entonces -continúa Peraza-, tener una erección les devuelve la masculinidad, aumenta la seguridad y la autoestima".
El problema es que ese "rejuvenecer" ocurre en una etapa en que la mujer puede estar pasando por la menopausia y se puede perder aún más la sincronía en la relación de pareja.
Con la entrada de genéricos, será más importante que nunca incluir a la mujer en la ecuación.
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