Noticias Caracol voló este jueves, 25 de enero de 2024, con el único piloto de la Policía que recorre el país con un avión apagaincendios. En esta ocasión, el valiente uniformado contribuye a extinguir el fuego en el cerro El Cable.
La operación para este uniformado arranca en el aeropuerto de Guaymaral, cerca de Bogotá. Tras recargar con agua y combustible el minimotor más grande del mundo, AT802, empieza su misión. Al recibir vía libre de los controladores aéreos, el aviador despega y ocho minutos después ya está sobre la zona afectada: el cerro El Cable de Bogotá.
Lo primero que hace el capitán es hacer un reconocimiento de la zona para así ubicar el foco más fuerte y atacar desde el avión. En el proceso, la aeronave tiene un impactante remezón por la potencia con la que sale el agua y los fuertes vientos, pero el experimentado piloto de la Policía la controla a la perfección.
Tras realizar una descarga de agua efectiva, el piloto vuelve a Guaymaral, donde debe recargar de nuevo el avión. Esta operación la hace en medio de difíciles condiciones ambientales. Además, el uniformado asegura que la zona más difícil para hacer esta misma operación fue la que realizó el pasado miércoles, 24 de enero, en el Páramo de Santurbán por las llamas, el humo y los vientos cruzados.
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“Es un avión que se empleaba para la aspersión de cultivos ilícitos en Colombia y en el momento lo tenemos configurado para la extinción de incendios forestales. Un piloto debe estar bien preparado, en experiencia necesita tener mínimo 1.500 horas de vuelo como comandante y 2.000 totales para llegar hasta esta aeronave”, afirma el mayor Diego Castillo, comandante del avión apagaincendios de la Policía.
El uniformado resalta la importante labor de sus compañeros en tierra. “Si nosotros sentimos el calor de las llamas aproximándonos a hacer la descarga, no me quiero imaginar lo que pueden sentir nuestros compañeros que están dentro del corazón del fuego”, dice.
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Este "héroe silencioso", como lo llaman sus compañeros, es también el orgullo de su familia, que en este día lo pueden volver a abrazar. Una recarga emocional que, asegura, le da fuerzas para seguir combatiendo los inclementes incendios forestales en Colombia.
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