El 2 de diciembre, en momentos en que presidía un acto inaugural en Floridablanca (Santander), el vicepresidente Germán Vargas Lleras sufrió un desmayo que acaparó la atención de la opinión colombiana.
Vargas Lleras, quien se perfila como el más firme aspirante a suceder a Juan Manuel Santos en la Presidencia de la República, habría sufrido el percance “por exceso de trabajo”, según comunicado oficial.
De inmediato el funcionario fue trasladado a un centro asistencial en inmediaciones de la capital santandereana, donde fue sometido a un riguroso monitoreo. 18 horas después, Vargas Lleras fue dado de alta, en medio de recomendaciones a cuidar su salud, y especialmente en que dejara de fumar.
Seis días después, el vicepresidente anunció que será sometido próximamente a una cirugía, cuya fecha no se ha programado, con la cual se le tratará un tumor cerebral benigno. La intervención no le impedirá seguir con sus funciones.
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"En fecha por definir con mis médicos me será practicada cirugía para tratarme Meningioma benigno. Por lo pronto continúo con agenda diaria", comunicó Vargas Lleras a través de Twitter.