Fango, lluvia y peligro latente: así es el trabajo de los erradicadores de cultivos ilícitos

Nariño es una de las zonas del país con más cultivos de coca y una de las más peligrosas. Noticias Caracol los acompañó en su riesgosa misión.

Solo en este año 14 uniformados han sido víctimas de minas antipersona.

El Gualtal, zona ubicada en cercanías a la frontera con Ecuador, tiene sembradas cerca de la mitad de las cuarenta mil hectáreas de coca que hay en Nariño.

A un costado de donde aterriza el helicóptero están los erradicadores, que de inmediato se ubican uno tras otro para ingresar al cultivo. Hay que caminar sobre las huellas que se van marcando, porque los perímetros de los sembradíos pueden estar minados.

Metros adelante llegan a un puente de madera, el equipo antiexplosivos verifica si hay una mina.

El perro da positivo y los militares ponen una contracarga para destruir el artefacto, con capacidad de mutilarle las piernas a una persona.

Es un trabajo muy riesgoso para los erradicadores, que recurren a él por la falta de empleo y medios económicos.

A pesar del peligro, los soldados y los erradicadores no ceden, se dan la bendición y después de tener garantizado que no hay explosivos destruyen el cultivo.

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