Un niño de tres años cayó en una caldera de un trapiche de panela, en San Joaquín, Santander .
Ante la gravedad de sus heridas, la Segunda División del Ejército activó un equipo médico que lo trasladó en helicóptero hasta Bucaramanga, para ser atendido en el pabellón de quemados del Hospital Universitario de Santander.
El pronóstico del menor, que tiene quemaduras de tercer grado en el 95% del cuerpo, es reservado.