Damaris Mucutuy, tía de los cuatroniños perdidos en Caquetá tras el accidente de avioneta en el que murieron su mamá y dos adultos más, aseguró que su sobrina de 13 años está preparada para afrontar las adversidades de la selva. Dice que ella es quien está cuidando de sus hermanos.
Damaris cuenta que creció junto a su sobrina Lesly y la describe como una niña fuerte.
“Ella, para qué, es una persona fuerte, la mamá le enseñó a todo lo del campo, a aprovechar todo. Ella sabe mucho, la mamá la entrenó como para todo eso. Entonces ella está acostumbrada y yo pienso que ella es la que está dirigiendo a los hermanitos”, asegura.
Damaris señala que de pequeñas jugaban a hacer ranchos y cambuches con sus muñecas, además de que Lesly siempre cuidaba a sus hermanos.
“Yo le enseñaba… todo lo que nosotros sembrábamos netamente cultural. Partíamos cualquier palo y armábamos. Entonces yo pienso que ella está haciendo lo mismo ahorita con los hermanitos, pero me da mucha tristeza porque no tendrán nada que comer ni nada”, comenta.
Entretanto, María Fátima Valencia, abuela de los cuatro niños perdidos en Caquetá, hizo un llamado a su pueblo en Araracuara.
“Necesito también que me apoyen en estos momentos, estoy en un dolor muy tremendo, se me partió mi corazón”, manifestó.
La familia continúa esperando, además, la entrega del cuerpo de Magdalena, la mamá de los niños perdidos en Caquetá que murió en el accidente aéreo.
“En estos momentos no lo hemos visto ahora, nos dicen que el cuerpo todavía ni siquiera nos lo van a entregar esta semana, pues no sé qué pasa, es algo que también nos tiene como inquietos”, expresó Fidencio Valencia, abuelo de los pequeños.
Los familiares del piloto y el líder indígena que también perdieron la vida en el accidente de la avioneta en Caquetá fueron sometidos a pruebas de ADN en Medicina Legal.
La búsqueda de los niños de 13, 9 y 4 años y la bebé 11 de meses se adelanta en un área de 323 kilómetros cuadrados, que comparado con Bogotá es la quinta parte de la capital del país.
Los pequeños están extraviados en la selva del Yarí y los comandos especiales de las Fuerzas Militares realizan las labores para encontrarlos.
Los uniformados no pierden la fe pese a la inclemencia del clima, que retrasó el arribo a la selva de 60 soldados más que se unieron a los que ya están en la zona esperando hallar a los niños perdidos en Caquetá.
"Con la ayuda de nuestro Dios, los vamos a encontrar", dicen.