El equipo ‘escarlata’ está muy cerca de repetir una historia que en Argentina ya se comprobó, no respeta linajes ni perfumes. O la ciudad, el país y la afición se comprometen con el trece veces campeón del fútbol colombiano, o repetirá el suceso trágico de River Plate. Y no es terrorismo. Hace 15 años ambos equipos disfrutaban aun de su alcurnia y se citaban en la final de la Copa Libertadores. Hoy, los colombianos son penúltimos en la tabla del descenso, se debaten en un limbo institucional y sus jugadores se acostumbraron a aguantar más hambre que a ganar. En el sur del continente, la casa ‘millonaria’ fue igualmente saqueada y quebrada. Su reputación -el trofeo a mostrar en los últimos tres años de sequía- se fue también al abismo. En resumen, 110 años de historia que ahora jugarán en la segunda división argentina. Lo peor de esta tragedia llamada River Plate tiene como punto máximo (¿mínimo?) la poca credibilidad que tuvo el entorno futbolístico ‘gaucho’ en la caída de su club más ganador. Nadie, ni el más eufórico boquense, vislumbró como real esta pesadilla. Mucho menos sus dirigentes, primero con el gamonal de apellido Aguilar y luego con uno de las entrañas, que tuvo el peor de los partos como presidente: Daniel Alberto Pasarella. Justamente, ‘El Kaiser’ ha dicho en estos días que deberá sacársele “con los pies por delante” del equipo. Clara muestra de un compromiso a muerte, más allá de que su nombre quede inscrito en la historia por conducir este ‘Titanic’ de banda cruzada. Me pregunto, en medio del desconocimiento que puede generar el presente del América de Cali, ¿quién demonios es capaz de asumir roles de obligación en los rojos del Valle? Hasta ahora, la directiva del Nuevo América solo aguarda un proceso de democratización embolatado. A propósito, el presidente, Julio César Díaz, ha preferido el bajo perfil en su mandato. Actualmente, el promedio de los últimos tres torneos muestra al América penúltimo, con 102 puntos. La pobreza del Pereira (88 unidades) es lo único que le hace conservar la esperanza a un elenco dirigido decentemente en la cancha por Álvaro Aponte pero que ya descabezó a sus primeros diez jugadores. Suman, en la carrera hacia la catástrofe ‘escarlata’, que Coldeportes le quitó por segunda vez en seis meses el reconocimiento deportivo, los futbolistas no huelen dinero de su trabajo hace muchas quincenas, sus figuras jóvenes como Duván Zapata y Avilés Hurtado están aburridas y es muy difícil que lleguen buenos nombres al plantel para el segundo semestre. Lo voy a decir bien clarito, aunque con voz entrecortada: América está más para la Promoción o el descenso que para exhibirse en la división de honor. Si no le inyectan dinero y ganas, 80 años de historia se pasearían en el Torneo Postobón. Es compromiso de ustedes, de todos. Hinchas, directivas, Dimayor, jugadores, medios de comunicación y Gobierno. Este es el momento. Si es otro, el país futbolístico lloraría una gran pérdida. Para terminar mi primera entrada en este blog, evoco imágenes de mejores tiempos para América y River Plate: la final de la Copa Libertadores que jugaron en 1996 y que ganaron los argentinos. Ronny Suárez Periodista Golcaracol.com
Actualizado: enero 25, 2017 11:56 a. m.