El Beitar Jerusalén canceló hoy el partido contra el Barcelona previsto para el próximo mes y que no se llevará a cabo tras la solicitud del equipo catalán de que se jugara fuera de la Ciudad Santa.
"Con mucha tristeza me veo obligado a cancelar el partido contra el Barcelona", anunció el presidente del equipo israelí, Moshe Hogeg, a través de su cuenta de la red social Facebook.
En sus declaraciones explicó que el motivo de la cancelación fueron una serie de demandas por parte del equipo culé, incluyendo que el partido no se jugara en Jerusalén.
"Dormí con el corazón apesadumbrado, pensé mucho y decidí que antes que nada soy un judío e israelí orgulloso", agregó Hogeg, quien rechazó someterse a las "motivaciones políticas" para que el partido no se lleve a cabo en Jerusalén.
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El alcalde de Jerusalén, Moshe León, también se refirió a la cuestión y apoyó la decisión del Beitar, club conocido por los cánticos racistas de sus hinchas, aunque en los últimos años ha intentado limpiar su mala imagen.
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"Es simple, un equipo que boicotea a la capital de Israel no vendrá al Estado de Israel", señaló también a través de Facebook el alcalde, quien agregó que la decisión del Barcelona de no jugar en Jerusalén "no es profesional, deportiva ni educativa".
El partido amistoso estaba previsto para el próximo 4 de agosto en el Estadio Teddy, en el barrio jerosolimitano de Malha, que pese a estar en Jerusalén Occidental -área bajo soberanía israelí reconocida por la comunidad internacional- es un punto sensible para muchos palestinos, ya que ahí había una antigua aldea palestina despoblada en 1948, año de creación del Estado de Israel.
La semana pasada, tanto el presidente de la Asociación Palestina de Fútbol como un parlamentario israelí de origen palestino instaron a la cancelación del partido, tanto por la carga simbólica de que se jugase en Jerusalén como por la larga historia de racismo de los fanáticos del Beitar hacia árabes y musulmanes.