El estadounidense Quinn Simmons, uno de los corredores más excéntricos del Tour de Francia, aprovechó la llegada de la última etapa de la carrera a los Campos Elíseos, en París, para pedir matrimonio a su novia.
El corredor del Lidl-Trek se acercó a su novia al término de la vigésima primera etapa, todavía con el maillot, y se arrodilló ante ella sobre los adoquines parisienses para hacer la petición.
La novia respondió de forma favorable.
Simmons se ha convertido en uno de los corredores más carismáticos en la edición recién concluida de la carrera francesa: por el lado deportivo, participando en varias escapadas largas; y por el extradeportivo, llamando la atención por su aspecto -con una larga melena- o su actitud -como en la cronoescalada de la 13ª etapa, cuando fue saludando y dando la mano a los espectadores-.