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La de este jueves de la Vuelta a España 2022, la duodécima, es una etapa de las llamadas 'unipuerto', una jornada con muchos repechos no puntuables y final en alto. En esta ocasión el de Peñas Blancas en la localidad malagueña de Estepona, a donde llegan los ciclistas tras 197,2 kilómetros de recorrido desde la salida en Salobreña (Granada).
El de Peñas Blancas es un puerto de entidad. Muy largo, 19 kilómetros; exigente, al 6,7 por ciento de promedio de desnivel; y rampas en su primera mitad de hasta el 15 por ciento. También al final tiene un punto al 14. "Un final muy duro, que puede hacer daño en la general", tiene claro Fernando Escartín, director técnico de la Vuelta.
Por tanto, un día para que aparezcan los mejores en aras de ir manteniendo o ganando puestos en la general. Oportunidad para que Remco Evenepoel siga fortaleciendo un liderato cada vez más sólido; a pesar de haber perdido a Julian Alaphilippe, retirado este miércoles tras una caída; también para Enric Mas lime a un Primoz Roglic al que ha superado siempre en las grandes subidas los 22 segundos que le saca tras la crono; para que Carlos Rodríguez siga asombrando en su primera grande o para que Juan Ayuso se desquite de su decepción en la contrarreloj.
Escartín recuerda que, aunque Peñas Blancas "es un puerto que ya se ha subido en La Vuelta", en 2013 con victoria del checo Leopold König y liderato para el irlandés Nicholas Roche, en la ascensión de esta edición "se le suman cuatro kilómetros más, para un total de 19".
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Por lo demás, una etapa que recorre Málaga de punta a punta con otra subida, aunque no puntuable, en el km.130 entre Coín y Ojén, y "muchos repechos", según avisó en Cabo de Gata Alejandro Valverde.
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