Biografía de Faustino Asprilla; el crack irreverente que deslumbró al mundo con talento
Desde Tuluá, hasta las mejores canchas del mundo, Faustino Asprilla se convirtió en uno de los jugadores insignia en la historia de Colombia, con un auténtica personalidad.
Faustino Asprilla, leyenda de la Selección Colombia.
Faustino Hernán Asprilla Hinestroza nació el 10 de noviembre de 1969 en Tuluá, Valle del Cauca. Desde muy niño, mostró que sería diferente. En medio del calor del Valle, el 'Tino' empezó a forjar su leyenda con un balón en los pies, en canchas improvisadas donde la creatividad era más importante que la táctica y el talento brillaba sin filtros. Flaco, ágil y con un carácter indomable, pronto demostró que no había defensor que pudiera anticipar lo que él haría con la pelota.
Su carrera profesional comenzó con el Cúcuta Deportivo en 1988, aunque sería en Atlético Nacional donde realmente despegaría. Aquel equipo verdolaga, que venía de ser campeón de América y era potencia continental, vio en Asprilla un delantero distinto, imprevisible, capaz de definir partidos con una gambeta, una carrera sorpresiva o un remate imposible. A comienzos de los años 90, el mundo del fútbol empezaba a mirar hacia Colombia con respeto, y Faustino fue uno de los responsables de ese cambio de percepción.
En 1992, el fútbol europeo tocó a su puerta y Asprilla dio el salto al Parma de Italia, un club que en aquel momento vivía su época dorada en la Serie A. En un torneo donde reinaba la táctica y el rigor defensivo, el 'Tino' rompía esquemas. Sus arranques impredecibles, sus goles de media distancia, su gambeta desbordante y su carisma rápidamente lo convirtieron en una figura. Uno de sus momentos más recordados llegó el 21 de marzo de 1993, cuando marcó un histórico gol de tiro libre al poderoso AC Milan, que llevaba 58 partidos invicto en la liga italiana. Parma ganó 1-0 y aquel tanto fue titular en toda Europa, catapultando a Asprilla como uno de los delanteros más peligrosos del continente. Con Parma ganó la Recopa de Europa en 1993, la Supercopa de Europa en 1994 y la Copa de la UEFA en 1995. No solo acumulaba títulos, también se hacía ídolo de una generación.
En 1996, su carrera lo llevó al Newcastle United de Inglaterra. La Premier League, en plena expansión internacional, lo recibió con los brazos abiertos. Y Asprilla no tardó en dejar su huella. En la Champions League, el 17 de septiembre de 1997, el Tino protagonizó una de las noches más legendarias del fútbol europeo. Con una actuación memorable, marcó un triplete frente al poderoso Barcelona de Rivaldo, Figo y Luis Enrique, en el estadio St. James' Park. El primer gol fue por medio de un penalti; el segundo, con un certero cabezazo, ganando dentro del área; y el tercero, otro cabezazo imposible de detener para el portero Vítor Baía. Newcastle ganó 3-2 y Asprilla escribió una de las páginas doradas en la historia del club inglés.
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Pero si hay una camiseta que marcó su vida, fue la de la Selección Colombia. Con el equipo nacional vivió los años más brillantes del fútbol colombiano, hasta ese entonces. Asprilla fue protagonista en las Eliminatorias al Mundial de 1994, donde Colombia tuvo una campaña histórica que incluyó la ya mítica goleada 5-0 a Argentina en el estadio Monumental. Aquella tarde, el Tino se lució con un doblete inolvidable: el primero, al minuto 49, con un gran control dentro del área, control y buena definición ante Goycochea; y el segundo, tras una gran recuperación en campo rival y una definición espectacular por encima del golero argentino. Ese día, el mundo puso los ojos sobre un país que jugaba con alegría, técnica y descaro. Y allí, entre Valderrama, Rincón y Leónel Álvarez, brillaba Asprilla, el “Tino”, como símbolo de esa irreverencia convertida en talento.
Jugó los Mundiales de Estados Unidos 1994 y Francia 1998, aunque en ambos casos, Colombia no logró superar las expectativas. A pesar de eso, Faustino dejó momentos inolvidables, como sus goles en Eliminatorias, sus celebraciones desenfadadas y su forma de vivir el fútbol con autenticidad.
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Pero la carrera del 'Tino' no fue solo gloria. También estuvo marcada por la controversia. Su personalidad fuerte, su estilo de vida fuera de lo convencional, las lesiones y algunos actos de indisciplina impidieron que llegara aún más lejos. Tras su paso por Europa, tuvo etapas en clubes de Brasil, México, Argentina, Chile y regresó a Colombia, siempre dejando destellos de su calidad, pero sin volver a alcanzar su mejor versión.
Faustino Asprilla, exjugador de la Selección Colombia, Cúcuta Deportivo, Atlético Nacional y más equipos
AFP
En el año 2004 anunció su retiro definitivo. Sin embargo, su nombre nunca desapareció del radar. Lejos de las canchas, Faustino Asprilla se convirtió en una figura mediática. Participó en programas de televisión, fue comentarista, opinador y empresario. Incluso incursionó en negocios poco convencionales, como el lanzamiento de una línea de preservativos con su imagen, algo que solo alguien con su irreverencia podía hacer sin perder credibilidad.
En el plano personal, la vida de Asprilla ha sido tan intensa como su carrera deportiva. Siempre rodeado de rumores, escándalos y romances mediáticos, el “Tino” ha hecho pública su manera libre y descomplicada de vivir. Una de sus amistades más comentadas ha sido la que sostiene con Víctor Manuel Osorio, más conocido como “Caremonja”, un amigo de toda la vida con el que ha compartido anécdotas y vivencias desde su juventud en Tuluá.
Faustino Asprilla y 'Caremonja'.
Foto: Instagram 'Caremonja'.
A lo largo de los años, su figura ha sido tan celebrada como cuestionada. Algunos lo ven como un talento desperdiciado, otros como un símbolo de libertad, alguien que vivió el fútbol a su manera. Lo cierto es que nadie puede negar el impacto de Faustino Asprilla en la historia del fútbol colombiano. Fue un jugador diferente, que rompió moldes, que nunca se adaptó al libreto tradicional, pero que, con su desparpajo y su técnica, llevó el nombre de Colombia a lo más alto.
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Hoy, el “Tino” sigue siendo un personaje auténtico, que habla sin tapujos, que se ríe de sí mismo y que mantiene vivo el recuerdo de sus hazañas en el campo. Su legado no solo está en los goles, sino en la forma en que jugó: sin miedo, sin límites, con la pelota pegada al alma.
Faustino Asprilla.
Getty Images
En las noches, lo podemos ver en la televisión deportiva haciendo análisis y dejando polémicas declaraciones, que recuerdan la auténtica forma de ser del vallecaucano. El Tino no cambió. Y tal vez, por eso, sigue siendo inolvidable.