http://www.youtube.com/watch?v=x6zMHdAioo0 Diez años pasaron para volver a tener tanta unidad por la selección Colombia. Desde la final de la Copa América 2001, no recuerdo un ambiente así de emotivo por el conjunto nacional. El diluvio que cayó en Bogotá fue incapaz de ahogar el positivismo del hincha y, en cambio, creó literales olas en las tribunas. El gol de Francia calló a todos, pero solo un instante. El respaldo se demostró con los gritos de los aficionados pocos segundos después. El equipo se contagió de esa energía y evidenció capacidad de reacción. Empató, se fue al descanso entre abrazos y logró remontar el resultado con muchísima categoría. Fue un 4-1 histórico, con un penalti desperdiciado y con el “ole” retumbando en los oídos. Al final, un epílogo lleno de alegría y aplausos. El Campín así provoca como sede de la selección mayor. A pesar de las ruidosas vuvuzelas. PD: Lamento si el video no encuadra como debe en la página. En algunos navegadores presenta problemas. En Twitter: @javieraborda
Actualizado: enero 25, 2017 02:44 p. m.