El traspaso del zaguero colombiano Yerry Mina al FC Barcelona es una realidad. Desde hace meses se hablaba del tema en Colombia, donde parecía ser sólo cuestión de tiempo que esta operación se cerrara y finalmente tuviésemos a uno de los nuestros vistiendo una casaca tan importante, más allá de la fallida aventura de Lauro Mosquera hace más de 50 años. Teniendo en cuenta que $12 millones de euros por un central de las condiciones de Mina están cerca de ser una ganga, era difícil que los 'culés' se negaran a fichar a un jugador que ha sido figura en Palmeiras y que en sus pocas presencias con la selección de mayores se ha hecho sentir. Así las cosas, El Obelisco, como ha sido bautizado, se perfila como una gran compra para un Barcelona necesitado de alternativas defensivas ante el declive e inminente salida de Javier Mascherano.
El nativo de Guachené llega a luchar por un lugar en la zaga blaugrana, donde Gerard Piqué es el referente. Sin embargo, dada la cantidad de compromisos que afronta el club, es necesario tener un relevo para el catalán, de forma que el técnico Valverde pueda mantener la plantilla fresca para el tramo decisivo de la temporada. Teniendo en cuenta la lesión de Umtiti, quien había sido el compañero de Piqué en la zaga, el colombiano entraría a disputar el puesto con Thomas Vermaelen, quien ha rendido a un buen nivel después de una larga lesión. De esta forma, parece haber minutos de juego suficientes para El Obelisco.
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Ganarse la titular ya es harina de otro costal. No obstante, la velocidad, tranco y técnica del colombiano, sumados a su juventud, dan a pensar que el objetivo no debe ser otro; condiciones tiene de sobra. Su no menos importante aporte ofensivo puede ser clave para un conjunto que sigue ganando y sumando puntos, mas no con la suficiencia de hace un par de temporadas, cuando el tridente arrasaba con cuanto rival le ponían enfrente. Asimismo, su personalidad alegre y naturaleza generosa pueden aportar en un vestuario que se despidió de hombres como Dani Alves y Neymar.
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En conclusión, Yerry Mina debe capitalizar las oportunidades para replicar lo hecho en Santa Fe, Palmeiras y la Selección Colombia, con minutos que seguramente van a llegar. El estado futbolístico y de forma de este jugador puede ser más importante de lo que se cree para nuestras aspiraciones en la Copa del Mundo, donde puede armar una verdadera muralla junto a Davinson Sánchez y a la vez ganar partidos con su juego aéreo; más aún si en Colombia persisten las carencias en cuanto a gestión de juego que nos llevaron a una clasificación más bien angustiosa. Sólo el tiempo nos permitirá confirmar lo que todos deseamos: la consolidación en un equipo de primerísimo nivel de un jugador llamado a ser referente de nuestro fútbol. Sí señor, El Obelisco ha llegado.