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El regreso de Bolillo era un hecho (ojo a la Posdata)

El tipo estaba maravillado. Para un señor común y corriente, por más que sea el vicepresidente de la República de Colombia, darse cuenta de todo el poder, el lujo y la influencia de la Fifa es algo maravilloso. Más cuando se es, de veras -literalmente-, un hombre normal que ha tenido un ascenso laboral tan largo como el de Angelino Garzón. Lo que nunca vio venir el otrora sindicalista y nunca se imaginó ninguno de los periodistas que cubrimos el Mundial Sub-20, es que ese encantamiento, porque la Fifa y el mundo del fútbol, desde su presidente Sepp Blatter hasta la alegría del más humilde hincha sobre la faz de la tierra son encantadores, iba a ser tan bien aprovechado por la dirigencia del fútbol colombiano. Uno los veía juntos en todas partes. Angelino y Ramón Jesurún iban a cada estadio casi que de la mano, echaban risa, secreteaban... todo bajo la mirada algo preocupada de Luis Bedoya, quien era el que tenía en el bolsillo al antecesor de Garzón (Pachito Santos), y a quien me contaron que no le parece nada gracioso que alguien le haga sombra a su todopoderosa presencia sobre el fútbol colombiano. Algo curioso, por supuesto, cuando desde hace rato su supuesto liderazgo sobre esta disciplina queda en veremos cada vez que Alvaro González Alzate abre la boca dejando entrever que el que manda es él... En fin, ya llegaremos a eso; vamos por partes. Desde que se posesionó y asumió la labor de garante del gobierno en el tema del Mundial Sub-20 y en la supuesta revolución al fútbol que iba a hacer la administración Santos (nótese que utilizo intencionalmente el pasado), Angelino Garzón pasó de autoridad que llega a ordenar el caos de nuestro balompié a compinche de los dirigentes, y eso es cada vez más notorio. Esta curiosa cercanía del vicepresidente y los mandamases del fútbol ha dado para todo: desde sobrecostos inexplicables en las obras del Mundial Sub-20 (que por supuesto fueron pagados por todos nosotros, los alegres contribuyentes) hasta, lo peor, una serie de actuaciones absurdas de los socios de Dimayor en las cuales Coldeportes no hace nada porque Garzón mueve fichas para que no pase nada y no se vea comprometida la labor de su compadre Ramón. El caso más descarado fue el del Cúcuta : la burla de los dirigentes del equipo motilón a sus jugadores, a las leyes laborales y en general a todo el estamento del deporte en Colombia no tiene precedentes. Y ahí siguen, tranquilos, en vacaciones y sin pagarles a sus jugadores con el beneplácito del estado que, supuestamente, debe proteger a los futbolistas (empleados/ciudadanos) y no a los clubes (empresas privadas). Pero hay algo más en esta curiosa alianza vicepresidente-dirigentes. Algo tan loco, tan absurdo, tan colombiano, que por supuesto tiene que ser ideado por las cabezas de nuestro fútbol: reencauchar a Hernán Darío Gómez. Mientras en la Federación le están buscando reemplazo descaradamente a Leonel Alvarez, y digo descaradamente porque 1, van tres partidos de eliminatoria; 2, ¿si no le tenían fe para qué lo nombraron? y sobre todo 3, los que se deberían ir son ellos, los dirigentes -y desde hace rato-, la idea propuesta públicamente por González Alzate de nombrar de nuevo a 'Bolillo'  ha tomado más y más fuerza en los altos círculos del poder. La recomendación presidencial (es decir, de Juan Manuel Santos) es un técnico extranjero, pero en la Federación prefieren no gastar tanto. Los nombres libres en el mercado como para generar un impacto positivo entre la afición (hastiada de los dirigentes y de los fracasos de nuestra Selección) representan mucha plata y, aunque la hay, y mucha gracias a lo que dejó el exitosísimo Mundial Sub-20, para ellos un técnico de prestigio internacional representa no una inversión sino un gasto. Y no sólo por su salario: un DT serio le va a exigir a la Federación toda una infraestructura de trabajo, una serie de partidos internacionales, canchas... mejor dicho, un respaldo absoluto a un plan de trabajo serio. ¿No se acuerdan de que por eso fue que Marcelo Bielsa no fue técnico de Colombia? Porque al ver la infraestructura de nuestra Federación prefirió no meterse en ese moridero. Por eso se apostó por Bolillo en su momento: porque es barato, muy, muy barato para el medio, y porque ofrecía un conocimiento y una experiencia que podían darle peso al plan de llegar a Brasil 2014. Pero Gómez la embarró, fue protagonista de un escándalo nada bueno para su imagen y terrible para la Federación, y se tuvo que ir. Y recordemos, no se fue precisamente bien, se fue en medio de una ridícula falta de posición de Bedoya que, a la postre, terminó aceptándole la renuncia a Gómez porque Bavaria, patrocinador principal de la selección, dijo que era intolerable para la imagen de la compañía que el seleccionador nacional hiciera lo que Hernán Darío hizo. Y entonces llegaron la eliminatoria, las dudas que dejó Leonel Alvarez por su falta de experiencia y manejo de camerino, una nueva muestra de ausencia de pantalones largos de Bedoya (Luisito, si vas a echar a Leonel, échalo, pero no juegues con él y con la afición colombiana teniéndolo en remojo y diciéndole que lo respaldas cuando no has hecho otra cosa que buscarle reemplazo. ¡Sé serio!), y de nuevo las declaraciones de González Alzate (nunca refutadas por Bedoya, lo que demuestra quién manda a quién) diciendo que Bolillo debería volver. Pues bien, es un hecho. Hernán Darío Gómez vuelve. Con el respaldo de Angelino Garzón se hizo un acercamiento con la oficina de la Primera Dama y la Alta Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer, y el regreso de Bolillo va a ser utilizado para enviar un mensaje de reconciliación y reivindicación. La campaña es algo así como: "los hombres que agreden a las mujeres pueden cambiar, el técnico de la Selección lo hizo". Más allá de que sea buena o mala esta iniciativa (y ojo, a mi me parece muy bueno que se hable de la violencia de género y que siempre esté presente y se busque el cambio de nuestros machos retrógrados), a mi me tiene absolutamente asombrado el manejo político de la situación y la increíble relación de la dirigencia con las altas esferas del poder en Colombia. Es más, por lo que me contaron, el veto de Bavaria, que es lo único que falta para que se concrete el regreso de Bolillo, se va al piso precisamente por el respaldo gubernamental a la propuesta de los dirigentes. El amistoso contra México del 29 de febrero , sería su regreso. Ahora, lo realmente lamentable de este asunto es que los dirigentes de nuestro fútbol y el gobierno se unan no para sacar el fútbol adelante, no para mejorar las condiciones de nuestros futbolistas y clubes, y no para darle por fin un orden al desgreño que vive nuestro campeonato (el último episodio de Chicó-Junior ratifica el circo en el que vivimos), sino para urdir estrategias que los favorezcan a ellos. Y es lamentable porque una vez más queda demostrado que, aunque todos creamos que el fútbol es nuestro, que es una fiesta de todos y que nuestra pasión nos da derechos a sentir derechos sobre él, los dueños del balón son otros. Y el secreto de su poder es, precisamente, que a veces nos lo prestan sólo para ratificar todo el poder que tienen. Ese es el encanto de la Fifa. Angelino ya se dio cuenta de eso... Sígame en Twitter: http://twitter.com/PinoCalad PD. Una de las cosas maravillosas de Internet es la rapidez con la que se suceden las cosas. Este post fue publicado originalmente a las 10:27  de la mañana de este 7 de diciembre, y en menos de tres horas ya había generado la primera reacción. Cristina Plazas, Alta Comisionada para la Equidad de la Mujer, dijo que ningún dirigente había hablado nunca con ella y señaló que el regreso de Gómez es intolerable para su oficina: "Que Bolillo vuelva después de dos meses es hacerle conejo a las mujeres", fue la frase exacta (acá puede escuchar el audio ). Incluso, la propia Plazas me buscó por Twitter y me pidió que rectificara. Yo, por supuesto, le respondí que lo que conté en este post es lo que me contaron tres fuentes diferentes y de entornos diferentes (deportivo y empresarial, para ser más específico), pero que por supuesto iba a hacer esta posdata explicando su posición. A esta reacción, que no dejaré de aplaudir, se sumó la del propio Vicepresidente de la República. Garzón no me buscó, pero en su Twitter fue escueto y dijo que no, que él no iba a intervenir para que regresara Bolillo y que todo era mentira. Luego, gracias a esta cadena de sucesos, en La Luciérnaga habló Luis Bedoya y dijo que Leonel sigue siendo el técnico y, ojo, esto es lo más importante de todo, utilizó el verbo "ratificar", mismo que también usó don Hernán Peláez al decir en su popular programa que lo escrito en este blog no es cierto. Y no, gracias a que se publicó no lo es. Pero iba a serlo. El plan estaba en marcha y aún Alvaro González Alzate va a insisitir en él en la reunión del Comité Ejecutivo de la Federación de la próxima semana, pero lo bueno, lo de pararse a aplaudir porque aún hay ética en esas altas esferas del poder, es que gente como Cristina Plazas no está dispuesta a prestarse para eso. Lo dije en Twitter y lo escribo acá de nuevo. Lo realmente importante de señalar estas cosas, de contar estas intrigas que se tejen, es que así se evita que pasen. ¿O ya se les olvidó que el torneo de 20 clubes era un plan que iba marchando muy en secreto hasta que algunos periodistas lo contamos?

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