Llegó como gran refuerzo del Palmeirasdonde milita el colombianoRichard Ríos para 2025. Pero una extraña lesión en la tibia de la pierna derecha le permite jugar hasta treinta minutos. Aún así, Paulinho se las arregló para vestirse de héroe en elMundial de Clubes.
La suya ha sido una vida de luchas dentro y fuera de la cancha. En el rectangular verde, para eludir rivales y vencer porteros; cuando se quita los botines, para combatir la intolerancia religiosa y defender sus creencias políticas.
Pocos futbolistas, en un mundo en que las redes sociales endiosan o destrozan en segundos, batallan en ambos frentes como el atacante de 24 años del Verdão.
La última, saldada a su favor el sábado en Filadelfia, dio la clasificación al club de Sao Paulo a los cuartos de final del Mundial al despachar del torneo al Botafogo, campeón brasileño y de la Copa Libertadores.
Los paulistas buscarán ahora el pase a la semifinal el viernes en "Philly" frente al Chelsea de Inglaterra.
"Motiva jugar una competición como esta, vistiendo la 10, me da fuerzas para disfrutar", dijo el delantero al final del encuentro.
- De nuevo al quirófano -
Nacido en Rio de Janeiro y formado en las divisiones menores del Vasco Da Gama, Paulinho ingresó en el minuto 64 y más tarde, en la prórroga (100), anotó el tanto del triunfo al inmiscuirse entre dos defensores botafoguenses y definir al palo lejano del guardameta John.
El golazo de zurda fue una recompensa -y casi que un analgésico- para un jugador que convive con fuertes dolores por una lesión, de la que detalla poco, surgida en marzo del año pasado cuando defendía al Atlético Mineiro de Belo Horizonte, donde formó una dupla letal junto a Hulk.
Entonces, tuvo una fractura por estrés en la tibia que se trató de forma conservadora para evitar diezmar al Galo en una temporada vital, que terminó con el subcampeonato de la Libertadores, perdida precisamente ante el Fogao.
La cantidad de partidos acabó por agravar la dolencia y el atacante, cuyo paso por el Bayer Leverkusen alemán (2018-22) también estuvo lastrado por inconvenientes físicos, pasó por el quirófano en diciembre.
Palmeiras lo fichó -por 18 millones de euros más la entrega de dos futbolistas- sabiendo que no contaría con sus servicios durante los primeros meses del año.
Al finalizar la recuperación en abril, la lesión -y sobre todo el dolor- no desapareció y el futbolista apenas puede jugar treinta minutos por partido. En total, ha disputado 15 encuentros con los paulistas (uno como titular), en los que ha dado dos asistencias y marcado tres goles, dos de ellos en el Mundial.