"Lo bueno de tocar fondo es que, a partir de ahí, solo queda ir hacia arriba" y Geovanni Banguera sí lo que sabe. Figura en Atlético Huila, dio el salto a Independiente Santa Fe y en aquel entonces llegó a sonar hasta para un posible llamado a la Selección Colombia. Todo era 'color de rosa', estaba en su momento de gloria, pero la historia dio un drástico giro, que lo aterrizó a la fuerza.
Las cosas cambiaron. No se consolidó en el 'cardenal', tuvo que regresar al conjunto 'opita' y, posteriormente, arribó a Patriotas. Allí, tuvo sus oportunidades, luchó, lo intentó, trabajó, pero nunca encontró los caminos para la regularidad esperada. No estaba saliendo como esperaba. Pero como bien dicen, "a veces es bueno tomar una pausa, reflexionar y analizar qué está mal y decidir".
Allí, paró seis meses y aprovechó para poner los pies en la tierra. Lo primero es tener autocrítica y entendió que la falta de humildad había influido de manera considerable. Pero cuando se trata de la mano de más personas, es más fácil y llevadero. Fue así como Dios apareció en su vida y junto con el pastor Hernán Zuluaga y Diego Guerrero, apoyado en su familia, lo logró. Hizo clic.
Con otra mentalidad y cambio de chip, las puertas se abrieron. Jaguares se la jugó por él, lo anunció como uno de los fichajes de 'peso' y tendrá su chance en la Liga II-2023 del fútbol colombiano. Fueron vivencias, aprendizajes y más que se lo contó a Gol Caracol para la sección 'Figuras del fútbol colombiano', en la que 'abrió su corazón', reveló detalles y habló de sus sueños a futuro.
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¿Cómo han sido los primeros días en Jagaures?
"Todo en orden, por fortuna. Muy bien. Trabajando fuertemente para estar en óptimas condiciones de cara a lo que se viene, lo cual espero que sea bueno. Ha sido muy diferente. Es un equipo que dicen, entre comillas, 'es pequeño', pero uno ve y lo vive, en el día a día, y la estructura, directiva, jugadores, absolutamente todo, es de uno grande. Hay muchísimas cosas que son interesantes".
¿Qué análisis hace del grupo que se ha formado?
"En cabeza del profesor Pompilio Páez, se ha podido armar un grupo bastante interesantes y fuerte. Tanto en lo individual como en lo colectivo, hay con qué pelear. Solo queda seguir dándolo todo y no bajar los brazos. Siempre he tenido claro que prepararse y luchar es clave para estar a la altura y cumplir con lo que el cuerpo técnico quiere, necesita y espera de uno en esta nueva faceta".
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¿Cómo fueron estos últimos meses en lo personal?
"La decisión de quedarme unos cuantos días la tomé porque nacía mi niño y, a veces, el fútbol no te da las posibilidades de decir: 'bueno, voy y estoy en el parto'. Los otros me los había perdido y no pude estar, así que este quería que fuera la excepción. Pocas veces en la vida se dan estos momentos, Dios me dio la oportunidad y quise aprovecharla al máximo tal y como lo he hecho".
¿Cuál fue la reacción de su familia con este cambio?
"Contentos. La familia emocionada. Tenía dos niñas y la vida me dio un varón, entonces feliz y disfrutando del nacimiento de él, pasando cada momento de su vida. Me siento renovado y nuevo con esa gran bendición. Todo ha sido maravilloso y la verdad es que no me cambio por nadie. La tranquilidad es perfecta y eso me ha permitido rendir tal y como esperaba en cada uno de los ámbitos".
Volviendo a lo deportivo, ¿Qué le puede aportar al equipo?
"Lo que uno vive y siente es lo que se transmite, entonces es un grupo fuerte, con muchas ganas, energía, características espectaculares, donde se tiene el balón, ataca, no se queda atrás y está constantemente proponiendo. Además, aportaré la alegría, siempre. Cuando se pierde eso, se pierde muchísimo. La tranquilidad y la confianza son importantes. Estoy abierto para lo que sea".
Vimos a un Geovanni Banguera, figura en Huila, dando el salto a Santa Fe, después, ¿Qué pasó? ¿Qué ha cambiado en usted?
"Muchas cosas. He cambiado demasiado y, en especial, he aprendido mucho. Ese tiempo que me tomé para reflexionar fue clave porque a veces uno comete errores como seres humanos, así que en esos seis meses los aproveché para hacer cosas grandes, y lo lindo es que el fútbol te da revancha y estoy dispuesto a darlo todo y corregir para que no volver a hacer lo que venía haciendo".
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¿En qué falló y quiénes fueron importantes en ese proceso?
"Me faltó un poco de humildad, fue lo que me perjudicó. Gracias a Dios, él me mostró este camino de ser buena persona y me permitió entrar en ello. En este camino, mi pastor Hernán Zuluaga y Diego Guerrero han sido importantes. Ellos me han llevado y han estado guiando en este proceso. Vamos cada día mejorando, paso a paso, y entregándole todo a Dios que es lo importante".
¿Cuál fue el mensaje que más lo marcó en ese camino?
"Hay una frase que jamás he olvidado y es que 'no dejes que las circunstancias de la vida y los problemas, te lleven a donde no es'. Ahorita y ya desde hace un tiempo tengo claro que debemos ir de la mano de Dios, tenerlo en nuestra cabeza, en el corazón y, en general, en la vida. Tener la mirada fija en lo que quieres y lo otro se va dando paso a paso y de la mano de él, eso es clave".
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¿Qué se viene en este regreso a la Liga?
"Aspiramos a hacer un gran torneo, estar arriba porque hace mucho tiempo que el club no está en los ocho clasificados. Primero, llegar a los cuadrangulares, que es el objetivo planteado desde ya, y después vamos viendo y confiando en Dios para estar en las finales del fútbol colombiano, que es, sin duda, lo que soñamos todos desde los directivos, técnico, jugadores, hinchas, en fin".
¿Y en lo personal?
"Me gusta ir despacio, sin afanes y entendiendo que esto es paso a paso. Claramente, uno siempre sueña con la Selección Colombia, ser convocado o tenido en cuenta, dar el salto al exterior, más cosas que uno se van planteando. Sin embargo, mi mente está en Jaguares y hacer una excelente campaña porque eso va abriendo puertas y permite que des saltos en tu carrera a donde sea".