"Es potestad mía si los pongo a jugar o no. Nadie, ni por contrato se puede meter. Si tengo que entrenar con ellos, lo haré, pero es mi decisión si juegan o no", le dijo el técnico del Junior al diario El Heraldo de Barranquilla, pero lo cierto es que su autoridad frente al plantel parece haber quedado en entredicho después de la carta firmada por el prersidente Alejandro Arteta.
En ella, el club oficialmente señala que las decisiones disciplinarias afectan económicamente a la institución y que pueden pesar en el futuro deportivo de un equipo que pelea por meterse en los ocho.
"Los implicados (Michael Ortega, Juan Guillermo Domínguez y Luis Quiñones) deben participar de manera activa y en igualdad de condiciones a las de los demás miembros del plantel, en todas las actividades preparatorias y de entrenamiento del equipo", dice el mensaje en una evidente orden al DT.
Ante esto, como bien lo dijo Comesaña, los "indisciplinados" regresarona los entrenamientos. Hay que ver ahora si ante una nueva presión el técnico los utiliza.
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