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Junior, protagonista por la polémica y no por el futbol

Para ningún seguidor del FPC es un secreto el terrible momento por el que está pasando el cuadro barranquillero; sí, el Junior. Al parecer, al tiburón lo pescaron en alta mar y no ha podido soltarse. Un equipo desordenado, sin lucidez, que aún no ha encontrado la estabilidad tanto deportiva como disciplinaria para afrontar la liga. Un equipo que peleó la final, mantuvo una buena base de jugadores a los que se suman los refuerzos y, después de esto, es evidente que aún no encuentra su punto de partida en una liga que poco a poco se le sale de las manos. Recuerdo esa fecha 8 ante Alianza Petrolera, los hinchas se alcanzaban a ilusionar por un partido que en papeles era posible ganarlo, pero una vez más el equipo no supo imponerse, ni mucho menos mantener un estilo, que le alcanzara a ir por los tres puntos. El Junior hacía gala de un partido desordenado y sin ningún objetivo, jugadores imprecisos y poco asertivos y así, ante el desasosiego e impotencia de sus hinchas, el Junior estaba cosechado una derrota más.  Antes los equipos que pisaban el césped del Metropolitano en condición de visitante respetaban a un equipo con jerarquía que se hacía fuerte en casa; ahora con este Junior cualquier equipo Colombiano puede llegar al Metro y tomar el control del partido, sin que el dueño de casa pueda si quiera reaccionar. La indisciplina Pese al mal momento deportivo por el que pasa el cuadro juniorista, a puertas de quedarse por fuera de la siguiente fase de la liga, lo extradeportivo, aunque debería llevarse por fuera de la cancha de alguna u otra manera termina afectando la convivencia y la paz al interior del plantel, de tal forma que se refleja en el juego. Esto empezó a tomar protagonismo cuando el jugador Luis Quiñones no pudo controlar las críticas por parte de la afición rojiblanca y respondió a ellas con insultos en su cuenta de Instagram.  No conforme con ello, el jugador, en su afán de provocar a los exaltados hinchas, montó una imagen del escudo del Deportivo Cali, con un mensaje que decía: “Mi casa #DelDeportivo Cali”. En esta ocasión el jugador vallecaucano fue separado de las practicas por el técnico Julio Comesaña, quien le pidió dirigirse a las oficinas del club para presentar los descargos pertinentes. Tratando de dejar atrás aquel altercado, en el que a propósito la directiva de Junior no emprendió ninguna acción en contra del jugador, una nueva polémica tomó el protagonismo cuando el plantel disputaba el partido por octavos de final de la Copa Postobón ante Llaneros FC (triunfo tiburón en penales 4-2): el asistente técnico Víctor Pacheco y el delantero, implicado en hechos de indisciplina por segunda vez, mantuvieron un enfrentamiento verbal en la tribuna occidental del estadio Metropolitano. La discusión se trasladó al camerino, donde se provocó un intento de pelea, la cual fue detenida por los jugadores que intercedieron para calmar los ánimos. En este caso, nuevamente la directiva brilló por su ausencia, demostrando la poca disciplina que se exige y por ende el mínimo respeto y apoyo hacía el Director Técnico, quien por segunda vez lo apartó de los entrenamientos junto a sus compañeros Michael Ortega y Álvaro “Carachito” Domínguez, también implicados. Esta vez la directiva aludió a que existían varias versiones y no podían asegurar cuál de ellas era cierta, además que por el momento que vivían en liga y el riesgo de quedar por fuera de los ocho, el cuerpo técnico debía integrar a estos jugadores y enfocarse en lo prioritario, la clasificación. Junior es noticia por el escándalo y no por el fútbol, por la indisciplina de sus jugadores, sin mencionar otras situaciones, que son un poco más personales, como la presunta agresión del ‘Peto’ Rodríguez, tercer guardameta del equipo, a su mujer y que lo apartó del equipo al ser detenido y llevado a la URI de la fiscalía. Eso no puede pasar en un club que se precia de ser grande. El Junior siempre ha sido un equipo que ha demostrado el deseo de ir por más, la lucha por estar siempre en los primeros lugares y pelear hasta conseguir una final, para tener una liga competitiva y llamativa. Necesitamos a los mejores equipos, en sus mejores versiones, jugadores que den todo por la camiseta y se sacrifiquen por el bienestar del equipo y por la alegría de su hinchada. Por eso con el deseo de los hinchas y con el deseo de todos aquellos que disfrutamos del buen fútbol, espero que el plantel barranquillero pueda superar todas aquellas situaciones que empañan lo deportivo y logre enfocarse solo en brindarle a todos los que amamos este deporte un espectáculo agradable y con mucho “Jogo Bonito” , de ese que tanto nos hace falta en Colombia. Por: Andrea De La Victoria G. / Twitter: @andreadlvg  

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