Dos policías arrestaron a un hombre, le quitaron la tarjeta y se fueron de compras a un centro comercial de México. La familia del detenido pensó que lo habían secuestrado porque hacía varias horas no tenían noticias de él, hasta que empezó a recibir notificaciones con las transacciones que se estaban haciendo desde su cuenta bancaria.
Los agentes habían llevado a cabo la detención por una denuncia de abuso sexual.
Con el supuesto agresor tras las rejas, le quitaron la tarjeta y se fueron de compras a un centro comercial donde alcanzaron a adquirir un portátil, un televisor de pantalla gigante y un Xbox.
La familia del capturado llamó a las autoridades y junto a ellas localizaron el lugar de las transacciones.
Llegó allí para verificar si su pariente estaba siendo víctima de un paseo millonario, pero en vez de verlo a él encontraron a los dos uniformados, que fueron capturados inmediatamente.
Ahora deberán responder por falsificación y utilización indebida de documentos de crédito.