Las autoridades norteamericanas no podrán almacenar datos ni espiar a sospechosos hasta que se dé un nuevo acuerdo con el Senado.
La norma quedará sin efecto temporalmente, a pesar de los avances en el parlamento para reforzar los programas de vigilancia.
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A mediados de esta semana la reforma a la ley que promueve mayores controles será sometida a votación.
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El gobierno estadounidense calificó el hecho como un fallo irresponsable del Senado, pues dice que el país queda expuesto a futuras amenazas que no podrán ser investigadas.